POEM - Medio biótico/Biotopos acuáticos

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Caracterización de los Biotopos acuáticos

La cuenca del Magdalena (25,6X106 ha de superficie), incluye tres ríos y una planicie de inundación máxima de 2X106 ha (8% de la cuenca), de las cuales 0,326X106 ha (16% de la planicie), son ciénagas permanentes, las restantes son terrenos bajos con inundación entre 1 y 6 meses de duración (Arias 1985, Marín 1992, Beltrán et al. 2000). Se estima entonces que durante la época de sequía pueden permanecen inundadas cerca de 0,600X106 ha.

Las hectáreas en ciénagas de la cuenca comprende tamaños que varían entre 1 y 12.000 ha, con profundidades que fluctúan entre menos de un metro hasta los seis metros (Kapetsky et al. 1977, citado por Arias 1985). Según Durán (1985), el proyecto Pesca continental de INDERENA – FAO identificó 462 ciénagas de importancia pesquera. Un dato más cercano al tramo del POEM es de Arias (1992), quien anota para la subregión del Magdalena Medio (considerada entre Puerto Nare y Gamarra), la existencia de un plano inundable reducido de 0,018X106 ha.

En la Tabla 7., se listan los principales biotopos acuáticos por municipio, dentro del tramo Puerto Berrío-Barrancabermeja.

Tabla 7. Principales biotopos acuáticos por municipio, dentro del tramo Puerto Berrío-Barrancabermeja. 1
municipio ríos ciénagas caños quebradas
Puerto Berrío Magdalena Malena
San Bartolomé Santa Cruz
Pescado San Juan de Bedout
Yondó Magdalena Santa Clara Las Cruces
San Bartolomé Guamal
Barbacoas
Maquencal La Gloria
Grande
Sardinata Sardinata
Cimitarra Magdalena Chiquita Brazo Acuña
Carare Río Viejo Caño Negro
San Juan San Juan
La Colorada
Puerto Parra Magdalena Chucurí Caño Huila
Carare Aguas Negras
Opón Opón
Barrancabermeja Magdalena La Cira Cardales
Cascajales
La Colorada
1Fuentes:
Boada-Sáenz. 2006. Río Magdalena, tramo Puerto Berrío - Barrancabermeja.Mosaico de imágenes de satélite
tomadas de Google, facilitadas en 27.09.2006. Documento de trabajo. 1 pp. Santa fé de Bogotá, Colombia.
IGAC. 1996. Diccionario Geográfico de Colombia, Versión Multimedia. Instituto Geográfico Agustín Codazzi,
Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
IGAC. 2003. República de Colombia, mapa físico político Departamento de Antioquia. Escala
aproximada 1:444.445. Bogotá, Colombia.
INVIAS. 1997. La troncal del Magdalena Medio. Oficina de comunicaciones de Instituto Nacional de Vías de
Colombia, Ministerio de Transporte. Folleto con cartografía, impreso por El Gráfico Editores Ltda.. Bogotá, Colombia.
Corantioquia. 1998. Plan de Gestión Ambiental Regional 1998–2006. Corporación Autónoma Regional
del Centro de Antioquia, Oficina de Planeación Global y Sistemas. 495 p. Medellín, Colombia.



En el tramo del POEM, Magdalena Medio, aunque son pocas las ciénagas existentes, se destacan por su gran tamaño la ciénaga Barbacoas y el complejo Chucurí – Aguas Negras, así como extensas áreas de desborde en el sector de La Ganadera (referidas en mapas como ciénagas Maquencal, Grande y Sardinata). Dada la presencia de lomeríos en as márgenes del río, la mayoría de las ciénagas están delimitadas por colinas.

Dentro de los caños, sobresalen por su longitud: Caño Negro en frente de Puerto Berrío y que conecta al río con la ciénaga La Chiquita al oriente de Puerto Olaya; caño Barbacoas, de acceso a la ciénaga del mismo nombre, el cual presenta por lo menos dos ramales que llegan a la ciénaga, éste cuenta con asentamientos en sus albardones; caño Chucurí, que conecta el río con el complejo de ciénagas Chucurí y Aguas Negras, también presenta asentamientos en el albardón al llegar a la bocana de encuentro con las ciénagas.

Aunque hay sectores dentro del tramo del POEM, con varios brazos secundarios, pocos son reconocidos con nombre propios, quizás por lo poco poblados, se destacan el Brazo Vuelta de Acuñá y el Barzo Manjares, otro brazo es el que la gente reconoce como caño Huíla sobre la margen izquierda frente a San Rafael de Chucurí. Otros más abajo son Caño del Playón, Oponcito y Rasquiñita, ubicados en sector del Opón.

Las quebradas como corrientes de aguas torrenciales se presentan sobre la margen izquierda, donde las estribaciones montañosas están más cercanas que las de la margen derecha, entre Puerto Berrío y el río San Bartolomé se reconocen La Malena, Santa Cruz y San Juan de Bedout, Ya en territorio de Yondó se reconoce la quebrada Sardinata.

Entonces en el tramo del POEM, predomina el biotopo acuático río, repartido entre el canal principal y gran número de brazos secundarios que se extienden entre 0,5 y 9 km aproximadamente.

Por último, como afluentes importantes por las dimensiones tanto de sus cauces como de sus cuencas, entre Puerto Berrío y Barrancabermeja se encuentran los ríos San Bartolomé (margen izquierda), Carare y Opón (margen derecha).

Referencias:

Arias A., Plinio A., 1985. Las ciénagas de Colombia. En: Divulgación Pesquera. Inderena - Ministerio de Agricultura, 1986. Vol. XXIII, Nº3, 4, 5: 37 - 70. Bogotá, Colombia.

Arias A., Plinio A. 1992. La pesca artesanal. En: Pasado y presente del Río Grande de la Magdalena. Fundación del Río Magdalena. pp.:359-371. Santafé de Bogotá, Colombia.

Beltrán G., Isabel, Mónica Estrada E., Mauricio Valderrama B.. 2000. Plan de ordenación: manejo y aprovechamiento sostenible pesquero y acuícola en la Cuenca del Río Grande de la Magdalena. Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura. 31 pp. Bogotá, Colombia.

Duran, A.. 1985. Las ciénagas. INDERENA. Documento de trabajo. Bogotá, Colombia.

Marín R., Rodrigo. 1992. Estadísticas sobre el recurso agua en Colombia. Ministerio de Agricultura, HIMAT. 2ª edición. 412 pp. Santafé de Bogotá, Colombia.

Caracterización de las aguas

Antecedentes

Como antecedentes recientes, durante el 2006 el IDEAM adelantó un diagnóstico de la calidad del agua a lo largo de valle del río Magdalena, donde se muestrearon 20 estaciones, desde su nacimiento hasta la desembocadura, en especial aguas abajo de las confluencias con afluentes, durante los meses de julio (considerado como de aguas bajas) y octubre (considerado como de aguas altas) (IDEAM 2006).

Las mediciones se realizaron sobre la muestra integrada, constituida por submuestras tomadas en distintos puntos de la sección transversal de la corriente, según la anchura. Sobre esta muestra en campo se determinaron parámetros in situ y luego se llevaron al laboratorio para su análisis de los demás parámetros.

Se midieron in situ en el agua cuatro parámetros: pH, conductividad eléctrica, temperatura y oxígeno disuelto. En laboratorio se analizaron nueve parámetros: DBO, DQO, turbiedad, SST, nitratos, nitritos, amonio, ortofosfatos y sulfatos (Ver Tabla 8).

Tabla 8. Resultados obtenidos para dos estaciones en río Magdalena por IDEAM (2006).
Sitio Puerto Berrío Barrancabermeja Rangos registrados para el Río Magdalena
(20 estaciones)
Fecha 18.07.06 14.10.06 17.07.06 12.10.06
Parámetro físico-químico límite de
detección
1er
muestreo
2do
muestreo
1er
muestreo
2do
muestreo
1er muestreo 2º muestreo
mínimo máximo mínimo máximo
Temperatura del agua (°C) no aplica 29,1 28,1 32,6 29,1 23,9 32,6 28,1 35,0
pH (unidades) no aplica 7,1 7,1 6,8 7,4 6,5 7,6 6,6 7,4
Conductividad (µSiemens/cm) no aplica 156,0 150,0 477,0 219,0 102,0 477,0 85,3 219,0
Oxígeno disuelto (mg O2/l ó ppm) no aplica 6,5 6,6 0,0 5,3 0,0 6,8 4,8 7,0
DQO (mg O2/l) 20 33 33 110 140 <20 110 <20 140
DBO5 (mgO2/l) 2 6,9 <2,0 107?? 2,2 <2,0 107 <2,0 3,5
Turbiedad (NTU) 2 270 170 250 1.150 100 520 54 1.150
Sólidos suspendidos totales 4,5 310 290 220 2.550 130 680 100 2.550
Nitrógeno amoniacal (mg N/l) 0,3 <0,30 <0,30 9,3 <0,30 <0,30 9,3 <0,30 1,1
Nitritos (mg NO2/l) 0,006 <0,0060 0,01 0,0066 0,012 <0,0060 0,03 <0,0060 0,15
Nitratos (mg NO3/l) 0,03 0,84 1 0,52 1,5 0,24 0,98 0,29 1,5
Ortofosfato (mg PO4/l) 0,03 0,062 0,076 1,2 <0,030 <0,030 1,2 <0,030 0,13
Sulfatos (mg SO4/l) 3 <3,0 10 30 26 <3,0 30 <3,0 26
Cobre (mg Cu/l) 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09
Cadmio (mg Cd/l) 0,005/0,010 < 0,005 < 0,01 < 0,005 0,01 < 0,005 < 0,005 < 0,01 0,01
Cromo (mg Cr/l) 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09 < 0,09
Niquel (mg Ni/l) 0,18 < 0,18 < 0,18 < 0,18 < 0,18 < 0,18 < 0,18 < 0,18 < 0,18
Zinc (mg Zn/l) 0,06 0,09 0,08 0,08 0,53 < 0,06 0,1 0,06 0,53
Plomo (mg Pb/l) 0,010/0,050 0,018 < 0,05 0,011 0,06 < 0,010 0,022 0,0507 0,0598
Mercurio (mg Hg/l) 0,00054 < 0,00054 < 0,00054 < 0,00054 0,0061 < 0,00054 0,0015 < 0,00054 0,033
Hidrocarburos (mg/l) 3 nm nm < 3,0 < 3,0 nm nm < 3,0 < 3,0
nm: no medido



Aunque son datos muy puntuales, retomando y revisando los resultados presentados para las dos estaciones de interés en el tramo objeto de este estudio del POEM, Puerto Berrío y Barrancabermeja, se hacen las siguientes observaciones:

Temperatura del agua:

La temperatura del agua en varió entre 28 y 32 ºC, con un patrón normal de incremento entre Puerto Berrío y Barrancabermeja (con una diferencia de un grado), siendo este último punto más caliente, exactamente igual se presentó en cada sitio, con mayor temperatura en la época de aguas bajas que en aguas altas. Como referencia, Ruiz (1992), registró allí entre 1986 y 1989, temperaturas más bajas entre 26,5 y 30,6 ºC; por su parte García & Dister (1990), registraron para el río Magdalena en el sector del complejo de ciénagas Chucurí – Aguas Negras, una temperatura media de 26,9 ºC, más baja pero quizás más representativa pues es resultado de muchas mediciones a lo largo de más de un año. Para las ciénagas las 1.894 mediciones de la temperatura oscilaron por períodos entre los 26 y 36 ºC.

pH:

El pH, presentó valores intermedios y alrededor del punto neutro (7 unidades), para Puerto Berrío no cambia entre épocas de muestreos (7,1 unidades); en Barrancabermeja si varía pero muy levemente (6,8 a 7,4 unidades) durante la dilución general que se da entre aguas bajas y altas. En general, fueron valores dentro de los rangos admisibles para aguas de consumo, residuales y preservación de fauna y flora en agua dulce cálida, de 4,5 a 9,0 unidades (Decreto 2105/83 y Decreto 1594/84). Igualmente dentro del rango común para los ríos y quebradas andinas, 6,5 a 7,5 unidades (Roldán, 1992) y cercano al promedio general de 7,4 unidades para las ciénagas de Colombia (Arias, 1985). Los registros de hace 20 años de Ruiz (1992), son un poco más altos, 6,0 a 7,7 unidades en Puerto Berrío y 7, 0 a 8,0 en Peñas Blancas (Yondó).

García & Dister (1990), reportan para el sector del río en Chucurí una media general de 7,13 unidades, muy similar a los citados. Así mismo para las ciénagas Chucurí y Aguas Negras y con variaciones a lo largo del ciclo hidrológico, registraron valores entre 3,5 y 9 unidades.

Conductividad eléctrica:

Sin duda alguna, es la conductividad eléctrica el parámetro que permite establecer cambios en las masas de agua, para Puerto Berrío sus valores de aguas altas y bajas fueron muy similares (156 y 150 µS/cm respectivamente) y se ajustan a lo comúnmente registrado para el río; en Barrancabermeja se registraron los valores más altos en los muestreos del total del río, siendo a su vez mayor en época de aguas bajas (brazo que recibe aguas residuales de caño urbano), 477 µS/cm, un poco más del doble de lo registrado en aguas altas 219 µS/cm. Según IDEAM (2006), sobre el Magdalena realmente los valores oscilan entre 114 y 219 µS/cm.

Como valores históricos de referencia están: la media de 178,6 µS/cm para el sector Chucurí del río, tras más de un año de mediciones (García & Dister 1990); un rango estrecho entre 125 y 158 µS/cm para el Magdalena Medio (Bermúdez, 1986); un rango más amplio 150 a 280 µS/cm para el río en general (Roldán 1992); para el tramo Ruiz (1992), registró valores entre 115 y 176 µS/cm.

Para el complejo cenagosos Chucurí – Aguas Negras, tras 2.882 mediciones en 491 días de observaciones García & Dister (1990), citan valores entre 8 y 60 µS/cm, bajos respecto al rango 82 a 280 µS/cm reportado para las ciénagas de Colombia en 1977 por Arias (1985). Este complejo se encuentra unido al río por el caño Chucurí, largo (4,2 km) y con muchos meandros, los cuales regulan el intercambio de aguas y permiten su la diferenciación limnológica (temperaturas, sólidos, pH, conductividades..).

Oxígeno disuelto (O2D):

Al igual que los parámetros anteriores, los niveles de O2D también son diferentes entre las dos estaciones, mientras en Puerto Berrío los niveles prácticamente se mantienen de aguas bajas a aguas altas en buenos niveles (6,5 y 6,6 mg O2/l), en Barrancabermeja se presenta anoxia en aguas bajas (0,0 mg O2/l) y llegó a 5,3 mgO2/l en aguas altas, correspondiendo a condiciones de gran polución de las aguas residuales urbanas que llegan allí, cuya temperatura y metabolismo general se ven acrecentados por las condiciones climáticas de la época de aguas bajas. Salvo la anoxia registrada, estos valores son similares a los registrados hace 20 años por Ruiz (1992): 5,8 a 6,8 mgO2/l en Puerto Berrío y 5,3 a 6,4 mgO2/l en Peñas Blancas (Yondó).

Demanda química de oxígeno (DQO) y Demanda bioquímica de oxígeno (DBO5):

Con referencia a la materia orgánica MO presente, degradada por el sistema y medida por medio de los parámetros DQO y DBO5, como en los anteriores parámetros, se resaltan los mayores valores en la estación Barrancabermeja sobre todas las estaciones a lo largo del río, incluida Puerto Berrío.

La DQO se cuadruplica entre estas dos estaciones (33 a 110-140 mg O2/L), tanto en aguas bajas como en aguas altas, indicando una mayor cantidad de MO presente en el agua en Barrancabermeja. Ruiz (1992), registró hace 20 años como máximos de DQO, 48,6 O2/L en Puerto Berrio y 63,4 O2/l en Peñas Blancas (Yondó).

Por el contrario la DBO5, presentan en general valores bajos y muy cercanos al límite de detección (2 mg O2/l), durante aguas altas (efecto de dilución) y considerados como de situaciones aceptables según otros autores (MOPT 1992, citado por Ramírez & Viña, 1998). Ya en aguas bajas los valores se incrementan, a 6,9 mg O2/l en Puerto Berrío y a 107 (¿?) mg O2/l en Barrancabermeja, excediendo al oxígeno disuelto presente, correspondiendo a situaciones anormales muy críticas por la posibilidad de llevar a situaciones de anoxia.

Retomando la relación DQO/DBO5 expresada en porcentaje, empleada por IDEAM (2006), en Puerto Berrío, sólo entre un 6% y un 21% de MO en la muestra es oxidada por microbios (vías biológicas), en tanto que en Barrancabermeja es más amplio el rango, entre 2% y 97% de MO, correspondientes a su vez los valores bajos a aguas altas (dilución) y valores altos a aguas bajas (concentración).

Turbiedad y sólidos suspendidos:

Guardando su correlación, turbiedad y sólidos suspendidos (partículas de limos, arcillas y materia orgánica fina > 1,2 µm, micras), muestran en general un patrón similar para las dos estaciones extremos del tramo en estudio. Los valores de turbiedad entre 170 y 1.150 NTU, son considerados muy altos, sobrepasando las 150 NTU del Reglamento de Aguas y Saneamiento Básico (RAS, citado por IDEAM, 2006), máximo límite indicativo de calidad muy deficiente. Igualmente se sobrepasan las concentraciones permitidas para agua potable, 1 a 5 NTU (Decreto 2105/83) y para aguas residuales, 50 NTU (Decreto 1594/84).

Por su parte Ocensa – Ecotest (1997, citados por Ramírez & Viña 1998), mediante análisis de componentes principales, distinguía hace diez años el tramo Puerto Berrío – río San Bartolomé como de alta concentración por turbiedad y sólidos suspendidos.

Los valores de sólidos suspendidos hallados por IDEAM (2006), muestran en aguas bajas, una ligera disminución de Puerto Berrío a Barrancabermeja (310 mg/l a 220 mg/l), como efecto de sedimentación; en tanto que en aguas altas las diferencias son muy grandes, aumentando de cinco a diez veces la concentración aguas abajo (290 mg/l a 2.550 mg/l), como efecto del mayor aporte de escorrentía y afluentes.

Datos puntuales de 1996 en el río 239 mg/l aguas abajo de Puerto Boyacá y 360 mg/l entre la quebrada La Malena y el río San Bartolomé (Ocensa – Ecotest 1997, citados por Ramírez & Viña 1998), son inferiores a los medidos aguas muy abajo, entre 1996 y 1997, 553 mg/l y 481mg/l respectivamente, en el Brazo de Mompox y mucho más bajos respecto a un caño conectado al brazo de Loba con 1.065 mg/l (Neotropicos 1997). En estaciones de los afluentes en el tramo POEM, las concentraciones son inferiores al río mismo en La Malena 151 mg/l y 178 mg/l y en el San Bartolomé 71 mg/l y 240 mg/l; mientras que en el Carare los sólidos suspendidos son superiores, 404 mg/l, al igual que otras tres estaciones en la cuenca Carare – Opón con concentraciones de 39 mg/l, 970 mg/l y 1.435 mg/l.

Según la clasificación del índice de contaminación por sólidos suspendidos (ICOSUS), de Ramírez & Viña (1998), las concentraciones reportadas por IDEAM (2006), denotan respectivamente ambientes contaminados (>150 mg/l). Estos autores, tras aplicar cuatro índices de contaminación, determinaron con referencia a los sólidos suspendidos, que las cuencas Carare-Opón y Magdalena, presentan índices medios a altos como reflejo de las actividades mineras como principal causa del deterioro de ambientes acuáticos, unida a la erosión y arrastre de suelos.


¿Cuáles son los valores de SS más antiguos en el MM, reportados por la literatura? ¿Hay datos de Julius Berger Konsortium? ¿Son semejantes, mayores, menores que los actuales? Pregunto porque me da la impresión de que se hace un escándalo con este tema y no se reflexiona sobre lo que ecológicamente significa. Estos valores pueden ser naturales para el río en este tramo, pues discurre entre dos cordilleras, una de ellas muy sedimentógena (la Oriental). De otra parte, me cabrea un poco el empleo del término de calidad para hablar de las características limnológicas del sistema, pues implica un uso determinado que no existe. El río es un biotopo y aloja organismos de diverso tipo y el agua es así en verano y asao en invierno. Esta reflexión es válida para otros parámetros analizados. Si te parece, escribe algo al respecto en una apostilla. Recuerda que van der Hammen evidenció tasas de sedimentación en el bajo Magdalena (ca. cga. Morrocoyal) superiores a las actuales en ciertas épocas muy secas (glaciales) y también tasas inferiores en otras muy lluviosas (interglaciales), en épocas en las cuales no había ni minería ni deforestación masiva como hoy.

Nitrógeno amoniacal (NH4):

El Nitrógeno amoniacal en el tramo Puerto Berrío – Barrancabermeja fue muy bajo, no sobrepaso el límite de detección del análisis (0,3 mg NH4/l) ni el límite admisible para aguas residuales, 1,0 mg NH4/l (Decreto 1594/84); solo se registro un valor muy alto de 9,3 mg NH4/l en la medición particular del brazo que recibe aguas residuales de caño urbano en Barrancabermeja, indicando la contaminación por descomposición orgánica. En general para el río se reportan valores entre 0,4 y 0,8 m NH4/l (Roldán 1992).

Nitritos (NO2):

Los nitritos en el tramo son similares, en aguas bajas alrededor del límite de detección 0,006 mg NO2/l, en aguas altas se duplican 0,012 mg NO2/l, pero no sobrepasan los límites admisibles para agua potable, 0,1 mg NO2/l (Decreto 2105/83), ni para agua residual 1,0 mg NO2/ (Decreto 1594/84).

Nitratos (NO3):

Las concentraciones de nitratos para las dos estaciones son altos dentro del rango total para el río, con un aumento entre aguas bajas (0,84 mg NO3/l Puerto Berrío y 0,52 mg NO3/l Barrancabermeja) y aguas altas (1 mg NO3/l y 1,5 mg NO3/l, respectivamente). Al igual que los nitritos no sobrepasan los niveles admisibles para agua potable (10 mg NO3/l), ni para aguas residuales (45 mg NO3/l). Con referencia a otros reportes para el río, se puede decir que están dentro del rango característico, 0,2 y 2,5 mg NO3/l (Roldán 1992) y muy bajos respecto al rango común en ciénagas del río, 6,5 a 17,2 mg NO3/l (Arias 1985). Si se tiene en cuenta que entre 1983 y 1984 en frente de Churcurí (parte media entre las dos ciudades), el río tuvo una media de 0,96 mg NO3/l (García & Dister 1990), los valores del 2006 son muy similares, por lo cual podría anotarse que a pesar de los aportes crecientes en la cuenca, el río mantiene su capacidad de metabolismo y ciclo de este compuesto.

Ortofosfatos (PO4/l):

Las concentraciones de ortofosfatos en Puerto Berrío fueron medias respecto a las restantes de todo el río, con un muy ligero aumento de aguas bajas a altas (0,062 a 0,076 mg PO4/l, respectivamente). En Barrancabermeja se registra la concentración más alta en todo el río (brazo con caño urbano) en aguas bajas (1,2 mg PO4/l), la cual pasa en aguas altas a ser inferior al límite de detección. Salvo el registro en Barrancabermeja, los ortofosfatos son menores a los reportes generales para el río, 0,55 y 0,6 mg PO4/l (Roldán 1992) e inferiores al rango para las ciénagas del río, 0,15 a 4,1 mg PO4/l (Arias 1985). En forma similar al caso de los nitratos, de acuerdo con la media reportada por García & Dister (1990), para el río frente a Chucurí, de 0,94 mg PO4/l (1983 a 1984), los valores de 2006 son bajos o cercanos en el caso de Barrancabermeja, manteniéndose en general su asimilación y recirculación.

Sulfatos (SO4):

Como en algunos de los parámetros ya citados, los niveles de sulfatos son bajos en Puerto Berrío y altos en Barrancabermeja; con fuerte incremento entre aguas bajas y altas en la primera estación (<3,0 a 10 mg SO4/l) y una leve disminución en la segunda (30 a 26 mg SO4/l). Ambas estaciones presentan concentraciones muy por debajo de los límites permitidos por los Decretos ya citados para agua potable (250 mg SO4/l) y residual (400 mg SO4/l). Igualmente, los valores registrados no difieren del rango característico para el río, 11 a 25 mg SO4/l (Roldán 1992) y para ciénagas, 11,3 y 17,0 mg SO4/l (Arias 1985). Estos valores son bajos comparados con la media 48,6 mg SO4/l medida por García & Dister (1990), para el río frente a Chucurí.

Metales pesados:

Los metales pesados Hg, Pb, Cr, Cd, Cu, Ni, y Zn se determinaron en agua y en sedimentos en suspensión y de fondo. En cuanto a hidrocarburos se muestrearon solo cinco estaciones. Como era de esperarse, la presencia de metales pesados en aguas fue casi nula en las dos estaciones de interés. De los resultados obtenidos para las muestras de agua, se puede anotar lo siguiente:

Del Cobre no se detectaron valores superiores al límite de detección (0,09 Cu mg/l), el cual corresponde a tres veces la máxima concentración en aguas dulces naturales, 0,03 mg Cu/l (Bowen 1979); son entonces valores muy bajos respecto a los contenidos permitidos por los Decretos reglamentarios 2105/83 y 1594/84, tanto para agua potable como residual respectivamente, que son de 1 mg Cu/l. Arias (1985), reportó un promedio de 0,08 mg Cu/l en ciénagas, en tanto que Álvarez –León & Caycedo-Lara (1996) reportaron para el bajo Cauca y Magdalena (Canal del Dique), un rango entre 0 y 0,16 mgCu/l. Ruiz (1992), registró a finales del los 80´s concentraciones muy bajas: 0,0032 mg Cu/l en Puerto Berrío y 0,0022 mg Cu/l en Peñas Blancas (Yondó).

El Cadmio durante aguas bajas y en ambas estaciones fue menor al límite de detección (0,005 mg Cd/l), el cual es también el límite máximo permitido para agua potable (Decreto 2105/83); en aguas altas aparentemente se incrementó pero en realidad IDEAM (2006) aumentó el límite de detección a 0,010 mg Cd/l, por lo que realmente puede haber permanecido igual. Este último valor corresponde al límite permitido para aguas para riego (Decreto 1594/84). Estas concentraciones son superiores a 0,003 mg Cd/l, considerada la máxima en aguas dulces naturales (Bowen 1979). Los registros de hace 20 años son de 0,00039 y 0,00063 mg Cd/l en Puerto Berrío y Peñas Blancas (Yondó), respectivamente (Ruiz, 1992).

Tanto para Puerto Berrío como Barrancabermeja, las mediciones no detectaron concentraciones de Cromo mayores a 0,009 mg Cr/l (límite de detección); es decir que puede estar presente alrededor del máximo nivel reportado para aguas dulces naturales 0,006 mg Cr/l (Bowen 1979), e inferiores a los máximos admisibles para agua potable (0,05 mg Cr/l) y agua para riego (0,1 mg Cr/l).

Tampoco se detectaron concentraciones de Níquel mayores al limite de detección (0,018 mg Ni/l). Las mediciones a finales de los 80´s por Ruiz (1992), tampoco registraron la presencia de este metal en el tramo del POEM.

Respecto al Zinc, en Puerto Berrío se registraron cantidades levemente superiores al límite de detección (0,06 mg Zn/l) y sin mayor cambio entre aguas bajas y altas, 0,09 y 0,08 mg Zn/l respectivamente; en Barrancabermeja un valor similar de 0,08 mg Zn/l en aguas bajas, se incrementa un poco más de seis veces alcanzando 0,53 mg Zn/l en aguas altas, la concentración más alta registrada en todo el río. Salvo este dato extremo, las concentraciones fueron menores a la máxima característica de las aguas dulces naturales 0,1 mg Zn/l (Bowen 1979). Por otra parte, incluyendo el valor pico, todos son niveles bajos respecto al máximo admisible de10 mg Zn/l para aguas potable. No obstante, son todos valores muy altos respecto a los datos de hace 20 años, 0,0139 y 0,0093 mgZn/l para Puerto Berrío y Peñas Blancas respectivamente (Ruiz, 1992).

Al igual que para el Cadmio, en la determinación del Plomo también IDEAM (2006), cambio el límite de detección de un muestreo a otro, pero a un valor menos restringido, por lo cual no es posible detectar si existen cambios reales en concentraciones.

En Puerto Berrío, de 0,018 mg Pb/l en aguas bajas pasa a <0,050 mg Pb/l en aguas altas, que puede o no ser 0,018. No obstante, ya que en Barrancabermeja, pasa de 0,011 mg Pb/l en aguas bajas a 0,060 mg Pb/l en aguas altas, si parece existir un incremento con las aguas altas. Dichos niveles son en todo caso inferiores al máximo nivel de 0,120 mg Pb/l anotado para las aguas dulces naturales por Bowen (1979). Respecto a los reportes de Ruiz (1992), para finales de los 80´s, de 0,0013 mg Pb/l en Puerto Berrío y 0, 002 mg Pb/l en Peñas Blancas, los niveles hallados por IDEAM son altos.

Desde el punto de vista normativo, para agua potable los niveles de Plomo están alrededor de los 0,050 mg Pb/l máximo admisible (Decreto 2105), o cien veces menor respecto a la norma para riego, 5 mg Pb/l (Decreto 1549/84). No obstante, autores como Hann (1986), en su análisis de la contaminación sobre la salud humana y Forero et al. (1986), de la calidad del agua del río Magdalena, anotan como límites máximos para Colombia y Alemania, concentraciones mucho más pequeñas, 0,00005 y 0,00004 mg Pb/l respectivamente, por lo cual las concentraciones registradas por IDEAM son sumamente altas, al igual que respecto a los 0,0001 mg Pb/l límite de la OMS (Bermúdez 1986).

En cuanto al Mercurio para este tramo, sólo en aguas altas y en Barrancabermeja se registró 0,0061 mg Hg/l, concentración once veces superior al límite de detección, 0,00054 mg Hg/l del método utilizado por IDEAM (2006). Sin embargo, la concentración hallada es cercana al doble del nivel máximo en aguas dulces naturales (0,0028 mg Hg/l) y mucho mayor a la media mundial para aguas dulces (0,0001 mg Hg/l) reportadas por Bowen (1979), indicando aportes externos. Pese a ello son valores muy bajos comparados con los reportados para el bajo Cauca y Magdalena (Canal del Dique), rango entre 0,55 y 9,03 mg Hg/l (Álvarez –León & Caycedo-Lara 1996). Respecto a los datos de hace 20 años reportados por Ruiz (1992), éste detectó 0,000005 mg Hg/l en Puerto Berrío y 0,00001 mg Hg/l en Peñas Blancas, por lo cual la concentración actual hallada por IDEAM es muy superior.

Con referencia a los niveles normativos para Hg, la concentración en Barrancabermeja es seis veces el máximo admisible para agua potable, 0,001 mg Hg/l (Decreto 2105/83) y límite admisible según la OMS (Bermúdez 1986).

Hidrocarburos, grasas y aceites:

Finalmente, los muestreos de IDEAM (2006) no detectaron la presencia de hidrocarburos (grasa y aceites), en las cinco estaciones muestreadas, una de ellas Barrancabermeja. Por lo menos son inferiores al límite de detección del método utilizado (3 mg/l). Desde le punto de vista normativo, cumple con valor admisible del Decreto 2105/83 para agua potable para consumo y contacto primario, “grasas y aceites no detectables”.

No obstante, tal como lo analiza y aclara Ramírez & Viña (1998, citando a APHA-AWWA-WPCF 1992), hay diferencia entre hidrocarburos propiamente dichos (aromáticos, alifáticos, saturados...) y grasas y aceites (de origen vegetal, animal y derivadas del petróleo), por lo que para los primeros se requieren métodos más específicos como la cromatografía y fluorometría. Según la Comunidad Económica Europea (MOPT 1992, citado por Ramírez & Viña (1998), el máximo admisible para agua potable es de 0,01 mg de hidrocarburos totales/l.

Estos mismos autores, citando a Ocensa – Ecotest (1997), reportan datos para enero de 1996 sobre estos parámetros, para algunos cursos lóticos en el tramo del POEM (Ver Tabla 9), los que permiten establecer que para el río Magdalena entre Puerto Berrío y Barrancabermeja fueron muy bajas las concentraciones de hidrocarburos así como de grasas y aceites, por debajo del límite de detección del método usado por IDEAM, 3mg/l.

Tabla 9. Concentraciones de hidrocarburos en agua y grasas y aceites
(Ocensa – Ecotest 1997, citados por Ramírez & Viña 1998).
Estación Hidrocarburos
en agua (mg/l)
Grasas y aceites
(mg/l)
1-Quebrada La Malena 0,0 16,1
2- Quebrada La Malena (1) 0,5 5,6
3- Río San Bartolomé 0,0 4,2
4- Río San Bartolomé (1) 0,0 2,2
5- Río Magdalena entre 1-3 0,0 2,0
Rango para la zona 0,0 a 0,5 2,0 a 16,1


Datos de campo POEM (2007)

Parámetros físico-químicos

Dados los recientes muestreos y datos limnológicos de IDEAM (2006), las observaciones y mediciones de campo para el POEM se realizaron durante la época de sequía (enero, febrero y marzo de 2007) y se limitaron a registros in situ en algunos sitios considerados como de referencia dentro del tramo del POEM, tales como aguas arriba y debajo de los extremos, de las bocanas de afluentes importantes y complejos cenagosos, accesibles en el tiempo disponible y permitidas por la logística y las condiciones de campo.

En la Tabla 10., se presentan los resultados de mediciones y observaciones in situ de 13 parámetros fisico-químicos, en un total de 22 estaciones, 11 de ellas en el río Magdalena propiamente dicho, las restantes distribuidas entre caños, afluentes, bocanas, brazos, ciénagas y una madrevieja.

El río entre enero y marzo presentó un fuerte descenso en niveles, por lo cual las aguas Se presentaron en un flujo laminar en condiciones más de remanso, mostrándose turbulentas en algunos estrechamientos del cauce y donde cambia de pendiente (sitios de control geológico).

Las observaciones y mediciones en las 11 estaciones sobre el río permiten resaltar las siguientes características:

Respecto al sustrato predomina el tipo arenoso, el cual dependiendo de las corrientes, presentó fango superficial en sitios de menor dinámica y en especial aquellos cercanos a las desembocaduras de afluentes río San Bartolomé y río Carare. Se destaca la presencia de cantos rodados en unos pocos sitios como la bocana de la quebrada La Malena (margen izquierda), frente a la población de Murillo también en la margen izquierda, así como en la bocana aguas arriba del Brazo Acuña.

Las aguas mantienen su color café claro, propio de aguas blancas, aunque en algunos sitios de remansos, como brazos secundarios, se presentan claras (por sedimentación) y algo verdosas (aportes de aguas lénticas con fitoplancton). La profundidad en los sitios varío entre los 0,4 y 3,5 m; con una transparencia entre 15 y 40 cm de Disco Secchi, en la mayoría de los sitios inferior al 25% de la columna de agua.

Salvo la medición de un sitio al final del día, la temperatura del agua estuvo siempre entre 0,2 y 4,9 ºC por dejo de la del aire, variando entre los 28,6 y 33,1 ºC y aumentando levemente de Puerto Berrío a Barrancabermeja, muy similar a lo registrado por IDEAM (2006) y levemente más altas que los registros de finales de los 80´s de Ruiz (1992) ya citados en los antecedentes. La temperatura del aire (ambiental), osciló entre 30,3 y 36,7 ºC, sobresaliendo los sectores Carare, Yondó y Barrancabermeja como los de mayores temperaturas.

Las mediciones de pH en las aguas del Magdalena en el tramo del POEM, variaron entre 4,12 y 6,39 unidades, en comparación con los valores antecedentes ya citados, en esta sequía de 2007 son mucho más bajos, mostrando una tendencia ácida, quizás como producto del aporte de aguas lénticas de ciénagas, bajos y pantanos de la planicie de desborde, propio de la diferencia de niveles en la relación río-ciénagas (García & Dister 1990), en especial en la época de sequía cuando los aportes de afluentes y aguas residuales de poblaciones se sienten mas.

Un parámetro fundamental en la caracterización de cualquier cuerpo de agua es la conductividad eléctrica dada su alta correlación con las sustancias, compuestos y elementos contenidos en el agua. En el tramo del POEM, este parámetro osciló entre 156,7 y 199,7 µS/cm, valores correspondientes a los extremos Puerto Berrío y Barrancabermeja respectivamente, valores dentro o muy similares a los varios rangos históricos del río ya citados.

Tras recibir las descargas de Puerto Berrío, seis kilómetros abajo la conductividad se incrementa a 171,9 µS/cm en frente de El Aterrao; ya en frente de Murillo a vuelto a bajar a 158,1 µS/cm; cerca de cinco kilómetros abajo y tras la bocana del río San Bartolomé se incrementa levemente a 159,9 µS/cm, pero ya en la entrada al Brazo de Acuña, cuatro a cinco km, se ha reducido a 141,1 µ/cm; en el sector del Carare y La Ganadera, tras unos 30 km y pasando por rancherías y caseríos como Los Morros y Las Vegas, vuelve a los 173,9 µS/cm, incrementándose a 179,9 µS/cm frente a San Rafael de Chucurí. Tras 10 km aguas abajo, frente a San Luis ha vuelto a bajar a 170,5 µS/cm, aumentando levemente a 173,8 µS/cm al acercarse a Casabe y Barrancabermeja, finalmente aguas abajo del puente de Yondó y Barrancabermeja la conductividad sube a 199,7 µS/cm. En general, tras los descensos posteriores a algunos aportes importantes de aguas, la tendencia es a incrementarse reflejando los incrementos en el contenido de aniones y cationes (sólidos disueltos) y aumentos en la temperatura aguas abajo.

Finalmente, en el río se registró el oxígeno disuelto en concentraciones entre 6,7 y 8,6 mg O2/l, con pequeñas variaciones y una tendencia a descender aguas abajo a lo largo del tramo del POEM, incrementándose al final luego de las descargas del río Opón. Las concentraciones corresponden todas a porcentajes de saturación altos, entre 90 y 121 %. Con relación a los valores antecedentes de IDEAM (2006) y Ruiz (1992), los presentes son un poco más altos reflejando quizás los aportes de afluentes, en especial de aguas claras de ciénagas (aguas lénticas con fitoplancton favorecido), tal como lo reportan García & Dister (1990), para aguas del complejo Chucurí – Aguas Negras con porcentajes altos de saturación y sobresaturación de O2D, reflejados en el 96,6 % del río en dicho sitio.

En cuanto a los otros biotopos acuáticos conexos al río, se destacan las siguientes observaciones:

Los ríos afluentes muestreados, San Bartolomé (margen izquierda) y Carare (margen derecha), aunque presentaron aguas claras, presentaron grandes diferencias en cuanto a la conductividad y sólidos disueltos, en el primero se registró 84,5 µS/cm, valores bajos propios de cursos de agua torrenciales que discurren por laderas y lechos rocosos, en tanto que en el segundo se registró la conductividad más alta en los muestreos 387,0 µS/cm, considerada anormal y sin antecedentes en la cuenca (salvo en afluentes urbanos con alta contaminación o en zonas con intrusiones marinas).

Los caños muestreados en forma predominante estaban aportando aguas al río, pero se diferenciaron entre sí: el Caño Negro con conductividad de 60,7 µS/cm y pH de 5,77, valores bajos y típicos de las aguas negras, propias de la ciénaga Chiquita con abundante vegetación ribereña y emergente (gramalote) en el playón; el caño Barbacoas también con baja conductividad 56,3 µ/Scm, pero con pH un poco más alto 6,38 y aguas entre blancas y claras; el caño Chucurí de aguas blancas con pH de 6,33 pero con una conductividad de 148,7 µS/cm, mayor a los otros caños pero más baja que la ciénaga Chucurí y que el río en ese sector, dejando ver la influencia de los aportes de la ciénaga Aguas Negras que también drena por dicho caño.

Las diferencias entre las aguas de los complejos cenagosos y el río se evidencian en las mediciones en las bocanas de dichos caños: la del Caño Negro al río deja ver la influencia de éste al presentar una conductividad de 145,3 µS/cm y un pH de 6,50 unidades, producto de la mezcla de aguas; la bocana del caño Barbacoas a la ciénaga del mismo nombre, resalta la diferencia de las aguas de la ciénaga al presentar una escasa profundidad, alta temperatura y sobresaturación de O2D, y una baja conductividad a 36,3 µS/cm. Caso similar se presenta en la bocana del caño Chucurí al punto de encuentro de las ciénagas Chucurí y Aguas Negras, donde se registró 131,3 µS/cm de conductividad, más baja que en la ciénaga Chucurí, su caño y el río, reflejando los aportes de la ciénaga Aguas Negras de conductividades mucho más bajas.

Respecto a las ciénagas, debido a los bajos niveles de las aguas y aislamiento de la zona limnética de la bocana del caño, solo se logró acceso a la ciénaga Chucurí (margen derecha), registrándose aguas claras, con una conductividad de 158,0 µS/cm, un pH de 6,08 y una sobresaturación de oxígeno disuelto. A pesar de su caño largo (ca. 5 km) y meándrico, muestra la influencia de las aguas del río con conductividad de 179,9 µS/cm, del cual se separa por una franja de terreno entre 1 y 2 km de ancho.

Otra ciénaga más pequeña es Santa Clara, muy cercana al río (margen izquierda, abajo del estrechamiento en Vuelta de Acuña), en gran parte esta delimitada por colinas, presenta aguas claras con una conductividad muy baja, 21,4 µS/cm, un pH de 6,22 y sobresaturación de oxígeno, mostrando su muy poco contacto con aguas del río, alimentada más por aguas lluvias y de escorrentía, con alta sedimentación y favoreciendo la formación de tapón y firmales. Dado su aislamiento del río por construcción de un dique-puente para vía carreteable, se puede considerar como una madrevieja.

En general las aguas del río Magdalena en el tramo del POEM, presentan condiciones fisico-químicas similares a las antecedentes registradas en diversos estudios, mostrando algunos parámetros como O2D y pH, concentraciones más bajas en respuesta a eventos puntuales (v. gr., descargas de aguas residuales de poblados ribereños), mejoramiento de las mismas aguas abajo en sectores menos habitados; por otra parte se registran procesos de mezcla de aguas del río con la de complejos cenagosos, evidenciando la existencia la relación natural entre estos biotopos acuáticos, respondiendo a las condiciones propias de la época de sequía.

Aunque las obras del POEM incluyen actividades que generan efluentes al río o a afluentes del mismo, se espera que la implementación de medidas de control, prevención y mitigación, así como el cumplimiento de normas de operación limiten al máximo aportes que puedan alterar drásticamente las condiciones actuales del río en el tramo del POEM. Igualmente, se recalca la importancia de que las obras se alejen de las bocanas de los caños de complejos cenagosos al río, con el propósito de no interferir en la dinámica entre estos biotopos, fundamental para la ictiofauna.

En forma frecuente, se observó la salida de aguas de ciénagas por caños, aunque muy lentamente debido a los ya bajos niveles por lo avanzado de sequía, salvo en la ciénaga Santa Clara cuyo caño tiene un dique atravesado. En cuanto a los afluentes como la quebrada Malena, el río San Bartolomé y Carare, aunque bajos también estaban aportando aguas al río. Respecto al flujo de peces entre río y caños de ciénagas, en algunos casos no se presentó debido a que las bocanas de los caños al espejo de agua de la ciénaga estaban ya secas (i. e., Barbacoas) al momento del trabajo de campo. En otros casos, como las bocanas de afluentes (San Bartolomé y Carare), no se observó actividad superficial de peces o no fue posible precisar movimientos de peces en aguas más profundas. Quizás también por lo avanzado de la época de sequía y ya el bajo nivel en las ciénagas, no se observaron salidas masivas de macrófitas.

Aprovechamiento social, usos y alteraciones

Con referencia al aprovechamiento social, usos y alteraciones asociados a las estaciones de muestreos y biotopos acuáticos y anfibios asociados, las siguientes son las observaciones cualitativas registradas:

  • En cinco estaciones se observó el uso del río para el abastecimiento de agua para labores domésticas: en el caño Barbacoas, donde los pobladores cuentan con canecas en el frente de sus casa y sobre la orilla del caño para recoger agua; arriba del puente en Puerto Berrío, donde esta un brazuelo (bocana seca), que surte la bocatoma del acueducto del municipio; frente a San Rafael de Chucurí donde se observó una manguera-bocatoma y por lo menos los habitantes más cercanos a la orilla recogen aguas del río; finalmente tanto en Murillo como en San Luis, pobladores se abastecen de agua y usan el río lavar utensilios de cocina, para baño y recreación.
  • Salvo algunas bocanas a ciénagas secas y algunos sectores del río poco poblados como el Carare, desembocadura del río San Bartolomé, brazos arriba de Casabe y Barrancabermeja y el caño Negro, todos los demás sectores en el tramo POEM presentaron actividades de navegación por chalupas y canoas. En Murillo, el flujo de agua se alejó de la orilla formando un playón de graba, por lo cual el puerto de las canoas y chalupas queda lejos de las viviendas (ver Foto).
  • Además de los cultivos en islas, fueron notorios los sembrados de plátano sobre la orilla misma del río en San Rafael de Chucurí, pues predominan potreros y rastrojos de bijao o platanillo y rodales de yarumos de diferentes portes, o árboles aislados mezclados con palmas.
  • En la desembocadura del Carare, del San Bartolomé, en el puente de Yondó y frente a Puerto Berrío, se registro la extracción de materiales de los lechos, especialmente de arenas (ver Foto).
  • Sólo en la ciénaga Chucurí se observó la implementación de un encierro con doble malla para levante de alevinos y juveniles de bocachico, proyecto de pescadores de El Turro (ver Foto Diego).
  • Actividades de pesca se observaron arriba y abajo de la desembocadura del Carare arriba del puente en Puerto Berrío, frente a Murillo, en la ciénaga Chucurí y en la boca del Brazo Acuña; en el caño Barbacoas, se observó el acopio de pescados procedente de la ciénaga (ver Foto). Además, durante los recorridos de una estación a otra, se pudo observar y registrar la presencia de rancherías de pescadores y lances de redes (ver Fotos, Mapas de sectores del tramo POEM).
  • En contacto directo con los biotopos acuáticos, en las orillas de los albardones de los caños Negro, Barbacoas y Chucurí, se registró la presencia de ganado vacuno y caballar, e incluso de búfalos, con sitios de abrevadero y baño (ver Foto). En las colinas que rodean en parte la ciénaga Santa Clara predominan los potreros para pastoreo de ganado. En islas arriba del Puente de Yondó se registraron huellas y trillas (caminos) del ganado.
  • En general todas las ciénagas y sus caños, presentan asentamientos humanos cercanos o en sus orillas, en tanto que hay sectores del río despoblados en sus orillas, como el sector aguas arriba y debajo de la desembocadura del río Carare.
  • En cuanto a la apropiación puede anotarse que:
    • Existen biotopos como las ciénagas y sus caños, donde los pescadores usuarios y asentados en sus orillas, consideran ser los dueños o por lo menos tener mayores derechos sobre esos ambientes y sus recursos y donde el acceso es libre para viajeros pero restringido para pescadores de otros lugares (v. gr., ciénaga y caño Barbacoas).
    • Sitios donde son campesinos y se considera áreas comunales y hay un acceso restringido (v. gr., ciénaga Chucurí y Santa Clara).
    • Otros sitios son interiores a haciendas y fincas por lo cual el acceso pasa de ser libre en el caño a llegar a ser restringido en el playón y la ciénaga (v. gr., caño Negro y ciénaga La Chiquita)(ver Foto).
    • En el río, se mezclan áreas con asentamientos de campesino y de pescadores (rancherías), donde el acceso parece ser libre, con zonas donde predomina predios de haciendas y fincas, en poder de terratenientes y donde el acceso a recursos es restringido y donde se debe solicitar permiso para extraerlos (v. gr., desembocadura del río San Bartolomé, márgenes del caño Barbacoas).
  • Como alteraciones antrópicas presentes en los biotopos acuáticos muestreados, se tiene: las descargas de aguas residuales y residuos sólidos en Barrancabermeja, San Rafael de Chucurí, El Aterrao, Bocas de Barbacoas, Murillo y Puerto Berrío (ver Foto).
  • Se observaron estructuras para control de inundaciones en el caño a la ciénaga Chucurí, cerca de El Turro, un dique con bolsas de nylon con concreto, tapando roto entre caño y playón de la ciénaga (ver Foto); el dique a través de caño a la ciénaga Santa Clara; espolones en la parte baja del río San Bartolomé (ver Foto); muelle en la margen derecha en el puente de Yondó (ver Foto); muelle deteriorado en San Rafael de Chucurí (ver Foto); estacado en la margen derecha en el puente de Puerto Berrío (ver Foto).
  • Los cercados a lo largo de albardones de caños, especialmente en el caño Barbacoas.
  • Remoción de vegetación se presentó en albardones caños, como en caño Negro y Barbacoas, donde se presentan áreas taladas para pastos y cultivos. En la ciénaga Santa Clara se realizó la remoción de tapones y firmes por pescadores y pobladores de sus orillas. En el caño Chucurí se observó además quemas sobre el albardón.

Metales pesados en sedimentos

Una de las consecuencias de los descensos de los niveles de agua en el río, es la exposición de sedimentos (playones y bancos arenosos), y su mayor accesibilidad a fuentes de alteración (i. e., cercanía de hélices de motores o encallado de embarcaciones, resuspensión y mezcla). Se considera que además del incremento instantáneo de la turbidez, algunos metales traza puedan ser puestos nuevamente en circulación en el agua, aumentando las posibilidades de que sean incorporados a la cadena trófica por los organismos acuáticos.

Debido a los altos costos que conllevan los muestreos, sus requerimientos logísticos y principalmente los análisis de laboratorio, son muy pocos los estudios de seguimiento de mediano a largo plazo adelantados al respecto. Existen entonces datos puntuales, parciales, aislados en tiempo y espacio, que se constituyen en bakground y puntos de referencia respecto a la presencia y concentraciones de metales pesados.

Ya que uno de dichos estudios existentes, es el recientemente adelantado por IDEAM (2006), a lo largo de todo el río Magdalena, se retoman y comentan sus resultados, en particular los correspondientes a las estaciones ubicadas en el tramo del POEM.

Se determinaron cobre, cadmio, plomo, níquel, zinc, cromo, mercurio, hierro, aluminio y manganeso, en muestras tomadas durante la época de aguas altas (octubre de 2006). Los muestreos se hicieron considerando los sedimentos en suspensión (material mantenido en suspensión por la turbulencia de la corriente y que se mueve a velocidad mas o menos igual a la de ésta.), mediante filtración en membrana de 0.45 µm y de fondo (compuestos por materiales depositados por la corriente en el lecho del río), secado al aire y tamizados por malla de 63 µm. Los métodos fueron: absorción atómica y vapor frío para mercurio y por plasma de acoplamiento por inducción para los restantes metales.

En la Tabla 11., se presentan los resultados para las estaciones Puerto Berrío y Barrancabermeja, los rangos para el total de estaciones en el río y algunos datos de referencia de otros estudios.

Estos datos permiten precisar los siguientes aspectos:

  • En ambas estaciones, los metales Cu, Cd, Ni, Zn, Al y Mn se presentan en concentraciones un poco más altas, en los sedimentos en suspensión que en los de fondo.
  • En Puerto Berrío, los niveles de Pb, Hg y Fe fueron más altos en los sedimentos de fondo; en tanto que en Barrancabermeja, solo el Cr y Fe se concentraron más en los sedimentos de fondo.
  • Considerando sólo los sedimentos en suspensión, las concentraciones de Cu, Cr, Zn, Fe, Al y Mn disminuyeron aguas abajo de Puerto Berrío hacia Barrancabermeja; mientras que el Cd, Ni, Pb y Hg aumentaron en concentraciones.
  • En los sedimentos de fondo, las concentraciones de Cu, Cd, Cr, Pb, Zn, Fe, Al y Mn también disminuyeron aguas abajo en Barrancabermeja y solo el Ni y Hg aumentaron sus concentraciones allí.
  • Solo el Cd y el Pb de sedimentos de fondo disminuyeron de Puerto Berrío a Barrancabermeja , pero aumentaron en los sedimentos de suspensión en Barracabermeja.
  • Tomando como referencia el rango de concentraciones para cada metal en el total de 20 estaciones muestreadas del río (Ver Tabla 11.), se destacan:
    • Los elementos Cd y Zn con concentraciones altas, tanto en sedimentos en suspensión como de fondo y en ambas estaciones,
    • El Pb aunque variable entre sedimentos y estaciones, también presentó valores altos, en especial en sedimentos en suspensión en Barrancabermeja,
    • El Fe se presentó en concentraciones medias a altas, con una máxima en sedimentos en suspensión en Puerto Berrío,
    • El Hg no se detectó en los sedimentos en suspensión en Puerto Berrío pero si presentó la mayor concentración en los mismo sedimentos en Barrancabermeja,
    • El Cr también presentó concentraciones medias, mayores en Puerto Berrío, en especial en sedimentos en suspensión,
    • El Mn presentó concentraciones bajas en Barrancabermeja y medias en Puerto Berrío en ambos tipos de sedimentos,
    • Las concentraciones tanto el Cu como el Ni fueron bajas en sedimentos en suspensión y medias en los de fondo,
    • Finalmente, el Al fue el elemento presente en concentraciones más bajas, en especial en Barrancabermeja.
  • De lo anterior las relaciones resultantes entre los metales son: Cd, Zn > Pb, Fe, Hg, Cr > Mn, Cu, Ni >Al.
  • Comparando con reportes de otros estudios en la cuenca (Ver parte baja de la Tabla 11.), los rangos de concentraciones de cada metal para el total de estaciones en el río, para 8 de los 10 elementos, son más bajos y están dentro de los rangos reportados. Los rangos de los restantes dos elementos (Cd y Cu), para el total del río, son similares, altos y dentro de los rangos reportados.

Las concentraciones mayores en los sedimentos en suspensión se deben a que en ellos los oxihidróxidos de hierro, manganeso y aluminio, se presentan en mayor proporción como coloides, atrapando los metales y facilitando también su extracción. Es necesario anotar que la posible toxicidad de estos elementos depende no solo de sus concentraciones sino de la presencia de otros elementos como el Calcio (relacionada inversamente con la dureza del agua), que al igual que los oxihidróxidos anotados, tiene efectos reguladores de la toxicidad (IDEAM, 2006).

Según IDEAM (2006), las concentraciones de Hg en sedimentos de fondo se encuentran dentro del rango promedio de rocas sedimentarias tipo shales (0,02 a 0,4 mg Hg/kg). No obstante que sus concentraciones en el ambiente son naturalmente bajas, por no tener una función biológica definida y debido a sus efectos peligrosos en el ser vivo, su sola presencia debe ser una alerta para su control.

No obstante, ya que para algunos sitios del río Magdalena alrededor de Honda (Tolima), aguas arriba del POEM, existen antecedentes sobre Hg en tejido muscular de peces: concentraciones entre 0,03 y 3, 572 µg Hg/g para el nicuro (Pimelodus clarias) y entre 0,02 y 2,6 µg Hg/g para el bocachico (Prochilodus magdalenae), valores por debajo del máximo permisible para Colombia, concentración de 0,5 µg Hg /g (Norma ICONTEC 1443, citado por Ramírez & Viña (1998), es importante mantener vigilancia sobre el comportamiento de dicho elemento.

Adicionalmente, existen otros reportes sobre el registro de concentraciones de Hg más altas, 0,50 a 0,472 mg Hg/Kg, citadas por Tovar & Thous (1989, citados por Alvarez-León & Caycedo-Lara, 1996) para sedimentos de río Cauca y Magdalena, incluido el canal de Dique, lo que evidencia que este elemento ha alcanzado niveles a considerar.

Los metales Cu, Cr, Ni, Pb y Zn, se encuentran en concentraciones normales, considerando los contenidos promedio en rocas de diferente tipo (ígneas, metamórficas, sedimentarias), así como en suelos no cultivados (Ver parte baja de la Tabla 11.) (IDEAM, 2006).

Sobre el Cd, el estudio de IDEAM, determina que sus concentraciones superan los niveles naturales en alrededor de un orden de magnitud, lo cual ha sido reportado por otros autores en otros lugares del mundo; valores e incrementos que se atribuyen a los aportes antropogénicos, pues ya han superado ampliamente los contenidos naturales.

Considerando la media mundial de 0,17 mg Cd/kg (Bowen 1979), los niveles en el tramo POEM están entre 14 y 26 veces por arriba. Según Marín (1992), citando a otros autores, son fuentes de contaminación por metales pesados, Cd en este caso, la industria petroquímica, química, producción de abonos, refinería, metalúrgica, industrias de automóviles y aviones. Por otra parte, el Cd se obtiene como producto secundario durante la extracción del Zn (Grupo Editorial Norma 1997), el otro elemento aquí reportado también en altas concentraciones.

El estudio de IDEAM recomienda llevar a cabo ensayos de toxicidad con el fin de definir si las concentraciones encontradas para Hg y sobre todo para Cd son perjudiciales.

Tal como lo anota el estudio de IDEAM, es necesario tener presente que en gran parte, la composición de un sedimento, se debe a los materiales geológicos naturales de los cuales se originó por efectos de meteorización tanto química como física. A dicha parte se suman después los aportes, como los metales pesados, derivados de las actividades antrópicas (i. e., procesos industriales).

Es preciso anotar que en el tramo del POEM, las posibles fuentes directas de metales pesados son las descargas de aguas residuales de los centros urbanos de Puerto Berrío (v. gr., residuos de talleres de mecánica, de ornamentación, fundiciones, calderas, producción de abonos) y Barrancabermeja (v. gr., además de las de Puerto Berrío, los residuos de la industria petrolera). Otra fuente directa serían los accidentes y daños a los oleoductos que recorren sus márgenes. Se desconocen las características fisico-químicas de las aguas residuales de dichas descargas y sus aportes de elementos contaminantes.

Por otra parte, se debe tener presente los aportes de afluentes y centros urbanos ribereños aguas arriba del tramo del POEM, tales como los del río Bogotá que aún a finales de la década pasada recibía residuos con metales pesados de los procesos de las curtiembres (v. gr., 140 mg Cr/kg y 220 mg Pb/kg, Ramírez & Viña 1998).

El río con sus caudal y corrientes, limita generalmente que en determinado lugar se acumulen elementos tóxicos en sus aguas, aunque ello si puede presentarse en los sedimentos (Ramírez & Viña 1998), los cuales pueden almacenar por muchos años concentraciones importantes.

En el tramo del POEM, parte media del río, se presentan repartidas tanto erosión, arrastre o transporte como sedimentación, por lo cual se pueden presentar sitios de depósito de sedimentos con metales pesados, como en brazos secundarios (favorecidos por épocas de estiaje), que son recubiertos por nuevos sedimentos producto de crecientes (por lluvias intensas, deshielos, avalanchas, descargas de represas). Es decir, que pueden existir depósitos con metales pesados, pero se desconocen datos sobre sus profundidades y sus características fisico-químicas.

Es de esperarse, que dadas, las condiciones del río, predomine el transporte y acumulación de sedimentos hacia caños y ciénagas y hacia la parte baja del río. Las obras del POEM, se suscribe al río donde se espera entonces menos depósitos de metales pesados a removerse, por obras como las excavaciones bajo agua y dragados de inducción, los cuales deben ser en lo posible durante aguas altas a fin de favorecer dilución y dispersión amplia y rápida del material resuspendido (caso similar a un emisario submarino). Finalmente, el material succionado debe en lo posible depositarse en áreas terrestres, islas grandes y permanentes o preferiblemente por fuera del cauce (albardones, terrazas o colinas).

Comunidades limnológicas

Antecedentes

Dentro de las comunidades bióticas de los biotopos acuáticos, se hace referencia al plancton (formas flotantes a la deriva, fitoplancton y zooplancton), propia de ambientes marinos y continentales de aguas lénticas (en depósitos tales como las ciénagas).

Otras comunidades son el necton (formas nadadoras como los peces), el perifiton (formas vegetales, microalgas, sobre sustratos duros, maderas y rocas), el bentos (formas animales, vegetales y descomponedoras del fondo), y las macrófitas (plantas acuáticas).

Sobre algunas de estas comunidades es importante tener en cuenta las siguientes consideraciones:

Dada las condiciones de gran turbulencia y alta dinámica de las aguas continentales lóticas, corrientes de agua como el río Magdalena, se considera que las mismas no permiten el desarrollo del plancton en sus formas de fito y zooplacton (Ramírez & Viña 1998).

La fauna bentónica de aguas dulces cenagosos es considerada pobre comparada con la fauna asociada a las raíces de las macrofitas, a pesar de tratarse en muchos casos de las mismas especies (Ramírez & Viña 1998). Esa pobre diversidad se acentúa en los sistemas de aguas corrientes como el río, donde los fondos son inestables, más en el caso del tramo del POEM, curso medio del río, donde predominan los sustratos arenosos, intermedios entre las rocas y gravas de la parte alta y los limos y fangos de la parte baja.

El perifiton está limitado por la existencia de substratos adecuados, por lo que es considerado comunidad de poca importancia en la entrada de energía y nutrientes en el río, frente a la presencia y descomposición de la materia orgánica, que permite la recirculación de nutrientes (vía detrítica). La corriente y alta turbidez en el río limita su desarrollo; además, en época de sequía, los niveles del agua descienden a extremos por lo cual los sustratos (bases de tallos y raíces en orillas o palizadas en el lecho), quedan al descubierto, secándose al recibir la radiación directa del sol.

La amplia gama de hábitats acuáticos en el trayecto del río, se refleja en las distintas comunidades que se pueden presentar, cada una con una dinámica propia en dependencia de los ciclos de vida, que buscan adecuarse a las condiciones variables. Es esa dinámica hidrológica y biológica la que hace difícil al evaluación de las comunidades, por lo que se requieren estudios prolongados en el tiempo y a veces extensos en el espacio, para permitir una caracterización de modo comparativo. A ello se suma el gran desconocimiento de la gran mayoría de las especies de organismos (Roessler. s.f.).

Teniendo presente estos antecedentes, así como los escasos resultados del estudio realizado para el mismo tramo del POEM en 1993 (Consorcio Carinsa-Incoplan Ltda. 1993a), además de tener en cuenta que las obras del POEM introducirán sustratos más estables, favorables para la fauna como sitios de refugio, sustrato y alimentación, se consideró no pertinente el muestreo detallado, por demás puntual en tiempo y espacio, de estas comunidades en esta oportunidad. No obstante, se presentan a continuación algunos datos referentes a dichas comunidades.

Datos del tramo POEM del estudio de 1993

En la Tabla 12., se resumen los resultados del estudio en 1993 para el mismo tramo del POEM.

Tabla 12. Resultados de los muestreos de 1993, de comunidades limnológicas en el tramo POEM del río Magdalena1
comunidad limnológica resultados observaciones
Fitoplacton
morfoespecies *diatomeas (Bacillarophyceae) de ambientes eutróficos, con carencia temporal de nitrógeno, altas
temperaturas e iluminación intensa. Turbidez y corriente del río
limitan el desarrollo del fitoplancton
*algas verdes (Chlorophyceae)
*algas verdeazules (Cyanophyceae)
productividad
fitoplanctónica en ciénaga de
Chucurí
< 0,25 mg O2/m2/h; > en aguas de
niveles bajos
García & Dister (1990).
riqueza 94 morfoespecies, incluyen a Myxophyaceae Pedraza et al. 1991, citados por García & Dister (1990).
abundancias 0 a 1.200 ind/ml, no reportan cianofíceas
Zooplancton
morfoespecies *protozoarios igual que fitoplancton, condiciones del río limitan su desarrollo;
rotíferos mayor desarrollo en sistemas lóticos.
*rotíferos
*cladoceros
*copépodos
Perifiton litoral
sobre partes vegetales, rocas
, troncos sumergidos a poca
profundidad
*algas, Bacilariofíceas asociadas a ambientes mesoeutróficos; alimento secundario de
peces iliófagos de ciénaga Chucurí (11 de las 23 spp analizadas por
García & Dister 1990).
Bentos litoral
morfoespecies *Diptera, familias: alta dinámica fluvial y altas cargas de sedimentos limitan su
desarrollo, por ello su baja diversidad y densidad; riqueza 121
especies, abundancia de 947 a 1.593 ind/m2 en madriviejas y
canales laterales del río Rin, biotopos similares a los del Magdalena
(Obrdlik & García 1992).
**Chironomidae (mediana a alta contaminación)
**Museidae
**Tipulidae
*Ephemeroptera (propio de aguas limpias)
Macrófitas
En los márgenes del río *gramíneas, Panicum sp productividad considerada alta, de praderas emergentes en
playones de estiaje del complejo Chucurí - Aguas Negras
(Moreno et al. 1987, citados por García & Dister 1990)
*canutillo (Hymenachne amplexicaulis)
*gramalote (Paspalum sp)
productividad 54 a86 Tm/ha/año
Invertebrados asociados a macrófitas
morfoespecies *copépodos diversos y abundantes según diversidad y abundancia de
macrófitas; invertebrados constituyen alimento para aves acuáticas
y peces (9 de 23 spp son parcialmente insectívoras, García & Dister 1990).
*ciclopodidos
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1 Consorcio Carinsa-Incoplan Ltda. 1993a. Obras de rehabilitación del río Magdalena, sector Puerto Berrío–Barrancabermeja. Declaratoria
de efecto ambiental. FONADE, MOPT. 31 pp. Santafé de Bogotá, Colombia.


Datos tramo aguas abajo del POEM de estudio 1993

En el tramo Barrancabermeja – La Gloria (Consorcio Carinsa-Incoplan Ltda. 1993b), se registró:

  • fitoplancton en aguas abiertas de ciénagas con una baja diversidad y abundancia, 90 taxa, con dominancia de bacillariofíceas sobre clorofíceas y cianofíceas,
  • perifiton en el río y ciénagas, también con una diversidad baja, 58 morfoespecies, también con predominio de bacillariofíceas, seguidas de clorofíceas, cianofíceas, y Xantofíceae),
  • bentos litoral en sedimentos superficiales del río y brazos, con diversidad muy baja,15 morfoespecies, disminuyendo de caños a ciénagas y de éstas a río; con abundancias ínfimas. Predominio de dípteros (Chironomidae, Muscidae, Tipulidae y Ceratopogonidae), seguidos de Ephemeroptera, Polymitarcyidae, Oligochaetae (Tubificidae) y Odonata (Gomphidae).
  • Macrófitas en aguas someras y tranquilas de franjas litorales, con diversidad y abundancia mayor en ciénagas y caños que brazos y río, 29 especies con predominio de Cyperaceae, seguidas de Poaceae, Onagraceae y Asteraceae. Se distinguen tres formaciones: praderas emergentes en bordes de albardones, orillares, playones de ciénagas, bajos y madreviejas (Hymenachne sp, Panicum sp, Echinocloa sp, Leersia sp, Mimosa sp, Cyperus sp., Rhynchospora sp), praderas flotantes en tapones y firmales (Hymenachne sp, Paspalum sp, Panicum sp), comunidades flotantes en tapones (Eichhornia crassipes, Pistia stratiotes, Salvinia auriculata).
  • Macroinvertebrados, asociados a macrofitas (especialmente a Eichhornia sp) de las franjas litorales de aguas someras y tranquilas (lénticas), con diversidad y abundancia altas (112 morfoespecies, 92 de ellas de Insecta). Se destacan grupos como Cyclopoida, Batidae, Corixidae, Dolochopodidae y Chironomidae con formas inmaduras; Cicadelidae, Formicidae y Ortopteros, formas terrestres. Alta heterogeneidad espacial, según diversidad y tamaños de sustratos.

Estos reportes muestran como estas comunidades son de baja diversidad y abundancia en los ambientes cambiantes de aguas corrientes como el río y sus brazos, respecto a las aguas lénticas de ciénagas y sus caños.

Por lo anterior, se espera que las obras del POEM, que se ubicarán en las orillas del río en forma puntual, no serán de gran significación negativa para estas comunidades, ya que la sumatoria del área total de estructuras es ínfima respecto al área de los hábitats y biotopos ocupados por estas comunidades en el MM. Por el contrario, una vez construidas las estructuras del POEM, las mismas brindarán ese sustrato más estable requerido por muchos de dichos organismos.

Ya que son los ambientes cenagosos los que producen y exportan elementos de dichas comunidades hacia el río, se recalca la importancia de alejar cualquier obra de las bocanas de intercomunicación con caños y ciénagas, con el fin de impedir alteraciones a los flujos de aguas y organismos. Igualmente, se debe tener presente que los dragados de inducción y los materiales se alejen de las bocanas de caños a ciénagas y que se realicen evitando los momentos en que están entrando aguas del río por los caños hacia las ciénagas.

Datos de macroinvertebrados acuáticos IDEAM (2006)

Los muestreos limnológicos recientes de IDEAM (2006), incluyeron los macroinvertebrados acuáticos en un total de 13 estaciones en la cuenca del Magdalena, de las cuales dos son las más cercanas al tramo objeto del POEM, son ellas Puerto Salgar y Barrancabermeja. Los resultados mostraron una muy baja abundancia de individuos, determinados a nivel de familia, tanto en aguas bajas como en aguas altas, 3 y 10 respectivamente en Puerto Salgar, 0 y 7 en Barrancabermeja. Se resalta en sus conclusiones la condición desfavorable de los fondos arenosos inestables.

En la estación de Puerto Salgar se registraron larvas de dípteros (Chironomidae) en los dos monitoreos, asociados a aguas con porcentajes de saturación de O2D menores al 70% y fondos con abundante materia orgánica en descomposición, como también la larva de Ceratopogonidae (zancudos picadores).

En Barrancabermeja, el primer muestreo fue el caño de aguas residuales que llega a secarse en aguas bajas y donde no se encontró ningún macroinvertebrado, quizás por las mismas condiciones extremas de alto contenido de materia orgánica y condiciones de anoxia. Ya el segundo muestreo allí fue sobre el río Magdalena, aguas abajo de las descargas de la refinería, donde únicamente se presentaron Chironomidos, asociados a altas concentraciones de materia orgánica como DQO y sólidos suspendidos, indicando la tolerancia a éstas condiciones.

Pese a las pocas abundancias registradas y baja diversidad, se calcularon índices de calidad como el BMWP/Col (Biological Monitoring Working Party adaptado para Colombia por Gabriel Roldán en el 2003), y el ICAg (índice de calidad Global del agua), con resultados que discrepan entre sí, ya que la mayoría de los macroinvertebrados acuáticos encontrados son propios de aguas limpias y no de aguas de condiciones críticas de alta contaminación como indica el primer índice.

Se concluye que son las condiciones del río, de altas velocidades, alto transporte de sedimento, lecho conformado por arenas y limos, las que no permiten el establecimiento de las comunidades bénticas.

Datos de macrófitas Campo POEM 2007

Por otra parte, las observaciones de campo del POEM, permitieron el registro de macrófitas en dos de las 22 estaciones de muestreo de los biotopos acuáticos:

  • Bocana del caño Barbacoas a la ciénaga del mismo nombre, con 6 morfoespecies, de ellas 4 emergentes: gramalote (Paspalum repens), zarza (Mimosa pigra), hierba Chavarri (Ludwigia erecta) y tabaquillo (Polygonum hidropiperoides); 2 flotantes y postradas, desgolladera (Neptunia postrata) y oreja de mula (Eichhornia crassipes). A excepción de la zarza de forma arbustiva, las demás son de tipo herbáceo y se ubicaron en el borde del agua. Salvo del gramalote con espigas, las demás se encontraron en estado vegetativo. En general fueron poco abundantes.
  • Caño Negro, con 7 especies, de las cuales 3 son emergentes, gramalote (Paspalum repens), tabaquillo (Poligonum hidropiperoide) y bijao (Heliconia sp); 4 flotantes oreja de mula (Eichhornia crassipes), lechuga de agua (Pistia stratiotes), oreja de ratón (Salvinia auriculata) y tripa de pollo (Neptunia oleraceae). Todas son formas herbáceas. Las flotantes se presentaron en aguas abiertas mientras que las emergentes se localizaron en el borde del agua. Todas se observaron en estado vegetativo y solo las tres primeras fueron abundantes.

En ambos caños se observaron otras especies frecuentes en las orillas del albardón, con huellas de ser sujetas a inundaciones, algunas son: platanillo (Heliconia sp1), palma corozo o chonta (Bactris sp) y suan (Ficus dendroica).

En lo que respecta las macrofitas por biotopo acuático, en general se registraron las siguientes morfoespecies características:

  • En grandes ciénagas (Barbacoas, Chucurí y Aguas Negras): poca vegetación flotante, taruya o buchón (Eichhornia spp), lechuga de agua (Pistia stratiotes), tripa de pollo (Neptunia oleraceae), oreja de ratón (Salvinia auriculata), desgolladera (Neptunia postrata); emergentes hierba chavarri (Ludwigia erecta) y tabaquillo (Polygonum hidropiperoides). Brinzales (herbáceas) litorales emergentes.
  • En caños: poca vegetación flotante, si emergente: gramalote (Paspalum repens), herbáceas tabaquillo (Polygonum hidropiperoides) y hierba chavarri (Ludwigia erecta), palmas lata y chonta (Bactris spp), árboles de suan (Ficus dendroica). Brinzales (herbáceas) litorales emergentes.
  • En ríos: vegetación sumergida muy escasa, flotante abundante en aguas altas (islotes de oreja de mula o buchón, Eichhornia spp y lechuga de agua, Pistia stratiotes), cortadera (Rhynchospora sp), paja aguja (Hymenachne amplexicaulis), escasas en aguas bajas.


Finalmente, para el mismo tramo del POEM, Puerto Berrío – Barrancabermeja, en 1993 se reportaron 20 morfoespecies vegetales entre acuáticas (macrófitas) y asociadas suelos pantanosos (Consorcio Carinsa-Incoplan Ltda. 1993a), en tanto que para el tramo Barrancabermeja – La Gloria, se reportaron 29 morfoespecies (Consorcio Carinsa-Incoplan Ltda. 1993b). Como referencia, con base en diferentes trabajos de campo en la planivie aluvial de los ríos Magdalena, Cauca y Nechí, desarrollados por Neotrópicos, como parte de estudios y evaluaciones ambientales para proyectos de desarrollo y programas de conservación se cuenta con una lista preliminar de 196 morfoespecies entre plantas acuáticas (macrófitas) y asociadas a bajos y pantanos. Por su parte Viña et al. (1991b, citado por Ramírez & Viña 1998), lista un total de 77 especies de 34 familias de macrofitos acuáticos y semiacuáticos registrados sólo en la ciénaga de Zapatosa (Depresión Momposina), a cuyas raíces asocian alrededor de 107 morfoespecies de macroinvertebrados.

Entonces y como se ha anotado, las macrófitas y sus comunidades de macroinvertebrados se desarrollan principalmente en las aguas quietas de las ciénagas, por lo que su presencia en el río es temporal discurriendo aguas abajo, en especial durante las crecientes y cuando comienza a bajar el nivel de agua en el río y a salir aguas de las ciénagas a través de los caños, exportando islas de macrófitos. Las obras del POEM se construirán lejos de las ciénagas y de las bocanas de los caños, por lo cual estas comunidades no se verán afectadas.

Por otra parte, ya que durante la época de sequía bajan los niveles en el río y progresivamente salen aguas e islotes de macrófitos de las ciénagas, es posible que éstos se vean recostados o agrupados a los lados aguas arriba de las estructuras (diques), hasta quedar en lugares secos, llevando a su paulatina descomposición, siendo reincorporados a la cadena trófica con el aumento de los niveles pasada la sequía.

Referencias

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Ictiofauna

Los peces conforman la comunidad biológica más conspicua ante el común de los pobladores de la región del POEM, dado que parte de la misma constituye el principal recurso tomado del río, sus caños, ciénagas y afluentes.

Como ya se ha anotado, el tramo del POEM corresponde a la parte media del río Magdalena, donde la alta dinámica que traía el río en su parte alta comienza a cambiar ante el cambio en pendiente, relieve y el control geológico de los materiales que conforman sus orillas. El valle, las terrazas y el cauce se ensanchan, en especial hacia el oriente, dado inicio a la planicie, favoreciendo el desplaye de las aguas hacia las partes más bajas y conformando biotopos como los grandes complejos cenagosos, caños, brazos e islas temporales y efímeras.

Aumenta entonces la diversidad de hábitats, por ejemplo zonas de rápidos y pozas, aguas remansadas donde se incrementa la temperatura del agua por encima de la que existe en el sector fluyente, con oscilaciones de O2D a lo largo del día y el año. Las propiedades de cada uno de los sectores permitirán el establecimiento de aquellas especies que se encuentren adaptadas a las características predominantes del tramo del río (Granado, 1996).

Diversidad y riqueza

Dada la importancia de la cuenca del Magdalena (la más extensa del país y la más poblada), así como de su recurso íctico (fuente de alimento y base de la economía de ribereños), son varios los estudios adelantados sobre este último en sus diferentes tramos y biotopos acuáticos, en los cuales inicialmente se citaba una riqueza entre 146 y 150 especies de peces Miles (1947), Dahl (1971) y Gery (1969, citado por Bonetto & Castello 1985), más recientemente se hace referencia a un total de 190 especies de peces dulceacuícolas primarios (Mojica, 1999, citado por Mojica et al. 2006).

Tras la recopilación de referencias y varios trabajos de campo en la cuenca media-baja del río por parte de Neotrópicos, se ha venido componiendo un listado de las especies más frecuentemente reportadas, registradas y observadas, que recoge hasta el momento un total de 56 especies. Las siguiente es la lista complementada con algunos atributos (Tabla 13.).

Según Moreno (1985), en las ciénagas se han registrado 42 especies, 23 de ellas consideradas de importancia económica y las restantes como potenciales. Arias (1985), registró también 42 especies en cinagas del río Magdalena. Los reportes acumulados de diferentes fuentes y trabajos de campo agrupan 46 especies, de la cuales de 23 se tiene certeza de su presencia en el río.

Como especies migratorias se han reconocido 8 especies principales: bocachico (Prochilodus magdalenae), bagre rayado (Pseudoplatystoma fasciatum), el blanquillo (Sorubim cuspicaudus), nicuro (Pimelodus clarias), capaz (Pimelodus grosskopfii), arenca (Triportheus magdalenae), dorada (Brycon moorei), doncella (Ageneiosus caucanus), todas de importancia económica; migran longitudinalmente aguas arriba en predesove (subienda) y aguas abajo en postdesove (bajanza) (Miles 1947, Dahl 1971, Kapestky 1978, Bonetto & Castello 1985, Escobar & Contreras 1989, Mejía 1989, Welcomme 1992).

Incluyendo las anteriores y a inicios de los 90´s, el INPA (s.f.), identificaba 41especies como las comerciales principales de la cuenca del Magdalena, ya para 1999 el mismo INPA (2001), enumera solamente un total de 16, donde además de las anteriores citadas, se incluyen otras como: bagre sapo (Pseudopimelodus bufonis), comelón (Leporinus muyscorum), chango (Cyrtocharax magdalenae), pacora (Plagioscion magdalenae), moncholo (Hoplias malabaricus) entre otras más, incluso la transplantada cachama (Colossoma macropomun).

Para el Magdalena Medio, donde se incluye el tramo del POEM, Mojica et al. (2006), reportan un total de 129 especies (67,9% de las reportadas para cuenca), distribuidas en 79 géneros, 34 familias y 8 ordenes. Se incluyen especies desde la alta montaña y de afluentes como ríos Guarinó, Manso y Miel, cursos de la Serranía de las Quinchas en Puerto Boyacá y en la zona de Puerto Berrío y Barrancabermeja.

Ya que este estudio de Mojica et al. (2006)), es el más actual sobre la región del POEM, a continuación se precisan sus resultados:

  • Tal como ocurre en otros sectores del río, los ordenes con mayor número de especies son Siluriformes y Characiformes, con 64 y 45 especies respectivamente, que suman el 85% de las 129 totales.
  • Las familias con mayor número de géneros son: Characidae (15), Loricariidae (14), Heptapteridae (4) y Pimelodidae (4).
  • Las familias con mayor número de especies son: Characidae (26), Loricariidae (20), Astroblepidae (12) y Trichomycteridae (11). En las cuatro se distribuye el 54% de las 129 especies.
  • Se incluyen en la lista dos especies que fueron reportadas, pero que no se volvieron a observar ni a registrar, Megalops atlanticus (Miles 1947, Dahl 1971) y Brycon labiatus (Eigenmman 1922 y Fowler 1942).

Los resultados muestran en general una distribución similar a los del estudio del tramo Brrancabermeja – La Gloría, así como los estudios realizados en la Depresión Momposina, con predominio de Siluriformes y Characiformes. No obstante, es importante anotar que en estos reportes se incluyen varias especies de los géneros Astroblepus y Trichomycterus, propias de aguas torrentosas de las estribaciones montañosas, las cuales como lo afirma Dahl (1971), se puede decir que reemplazan a los loricáridos de las aguas bajas.

Respecto a la dominancia de las familias Characidae y Loricariidae, en este tramo del río, es igualmente lo común para el río y sus tributarios, donde dichas familias son las más numerosas tanto en géneros como en especies (Dahl (1971)).

No se incluyen en los reportes de Mojica et al. (2006), especies que ya se reportan como existentes en la cuenca como son las transplantadas Colossoma macropomun (observada en el mercado de Puerto Berrío, Foto), Piaractus brachypomus y las exóticas introducidas Tilapia rendalli, Oreochromis spp y Trichogaster pectoralis.

Si se considera que la parte media del Magdalena se extiende entre Honda y Tamalameque (Lozano y Dister 1990 – es García & Dister 1990-, citado por Mojica et al. (2006), es muy posible que el numero de especies para la región MM aumente, pues se desconocen reportes sobre otros tributarios como el Samana Norte, Cimitarra, San Bartolomé, Carare y Opón, Río Negro, Sogamoso y Lebrija.

Distribución espacial

Por los datos, registros y observaciones ya citadas, podría decirse que las especies de peces del MM, tienden a distribuirse en tres grandes ambientes o biotopos: (i) especies de quebradas torrenciales de vertientes, donde predominan especies pequeñas como los babosos (Astroblepus spp) y capitanes y lauchas (Trichomycterus spp), (ii) especies de ciénagas, con algunas especies propias como el viejito (Curimata magdalenae), la vizcaína (Curimata mivartii) y mojarras, pero también otras más que salen al río y (iii) especies del río, compartidas con las ciénagas, entre las cuales están las que migran, especialmente el bocachico (Prochilodus magdalenae) y el bagre pintado (Pseudoplatystoma fasciatum) entre otras.

Por otra parte, Mojica et al. (2006), refieren la diferencia entre las aguas de los tributarios de las dos márgenes del río Magdalena, basados en el sustrato geológico que recorren sus aguas, lo que se refleja en la preferencia de sus especies de peces: los de la margen izquierda sobre rocas ígneas y metamórficas, de aguas claras con menos nutrientes, donde son frecuentes los consumidores de perifiton (Ichthyolephas longirostris, Chestostoma spp) y predadores (Salminus affinis, Brycon spp), y los de la margen derecha sobre rocas sedimentarias, de aguas turbias donde suelen abundar los Pimelodidae.

Además de las adaptaciones de las especies a los diferentes biotopos (v. gr., ventosas y estructuras bucales raspadoras en especies de torrentes), inciden en su distribución las variaciones temporales y espaciales de las condiciones hidrológicas que repercuten en los procesos ecológicos (v. gr., circulación de nutrientes), los cuales a su vez determinan condiciones favorables o no para las diferentes especies y su ciclo de vida.

En muestreos puntuales entre Barrancabermeja – La Gloria, se observó mayor abundancia de especies en los brazos, bocas de ríos y caños afluentes. Igualmente, los sectores con presencia de brazos e islas parecen ser más diversos favoreciendo en especial a especies no migratorias (Consorcio Carinsa-Incoplan Ltda. 1993b), correspondiendo con la observación de Welcomme (1992), de como los cauces secundarios, brazos y brazuelos, así como brazos ciegos, que pueden tener aguas estacionarias en condiciones muy similares a las ciénagas, pero que están casi todo el tiempo unidos al canal principal, son más ricos en productividad que el mismo río principal.

Con relación a las obras del POEM, las mismas se ubican básicamente en el río, por lo que las especies ícticas en las ciénagas y sus caños, así como afluentes de vertientes no se verán directamente afectados. Se insiste en la necesidad de garantizar las condiciones naturales de conexión entre estos biotopos y el río.

Distribución temporal

De acuerdo con las condiciones climáticas en la cuenca, en especial aguas arriba, se presenta un régimen hidrológico caracterizado según Arias (1977) y Kapestky et al. (1976), por:

  • Períodos de menos lluvias, que se reflejan en un descenso de los niveles del agua, presentándose salida de aguas de las ciénagas hacia el río. Corresponde a épocas de sequía, una fuerte entre finales de diciembre y finales de marzo y otra leve entre julio y agosto.
  • Períodos de lluvias, que producen aumento primero en los niveles del río y luego en las ciénagas al entrar por los caños y/o en las partes bajas y madreviejas de la planicie por desbordes en crecientes.

Los biotopos acuáticos de la cuenca media y baja, río y ciénagas, reciben y comparten los efectos de los períodos de dicho régimen. Los aportes de un biotopo a otros no son sólo de agua sino de nutrientes, sedimentos, macrófitas e ictiofauna.

Con base en Arias (1977 y 1985), Duran (1985), Moreno (1985) y García & Dister (1990), la siguiente es la descripción de los procesos ecológicos en la circulación de nutrientes entre los biotopos:

Con las lluvias, las aguas del río con sedimentos y nutrientes traídos de la cuenca, van bajando y llenado el cauce del río, hasta llegar a penetrar por los caños hacia las ciénagas.

En las ciénagas, las aguas se explayan y aumentan de nivel, inundando los playones y su vegetación de especies que crecieron durante la época seca. Una vez acumuladas allí, las aguas se calman y se da la decantación de los sedimentos traídos; a los nutrientes de los sedimentos y de las aguas, se unen los procedentes de la descomposición de las plantas inundadas, ellos servirán para el crecimiento de macrófitas y alimento de macroinvertebrados; por otra parte se incrementa la transparencia de las aguas y permite el desarrollo de fitoplancton incrementando el oxígeno disuelto en el agua.

Crecen entonces allí macrofitas y en sus raíces macroinvertebrados asociados, los peces encuentran aquí refugio, alimento, aguas con buen oxígeno y de temperaturas frescas.

Con la sequía, el río baja de nivel entonces comienza a recibir aguas de las ciénagas que salen con islas de macrófitas con sus macroinvertebrados y fauna asociada (anfibios, reptiles, nidos de aves). En las ciénagas baja paulatinamente el nivel, la menor profundidad incrementa la temperatura del agua y de paso se disminuye el oxígeno disuelto. Los playones tanto de las ciénagas como en las islas del río, se van secando y permitiendo la invasión de plantas pioneras que aprovechan los sedimentos ricos en nutrientes llevados y depositados en los suelos por las aguas altas, así se incorporan los nutrientes externos al sistema.

Con las siguientes lluvias y aumentos de los niveles, estas plantas serán inundadas, descompuestas lo que será aprovechado por las comunidades acuáticas hasta llegar a los peces.

Son entonces las ciénagas, las que permiten en gran parte la productividad por productores primarios (i.e., pioneras de playones, macrófitas, fitoplancton y perifiton), exportando biomasa hacia el río (macrófitas, macroinvertebrados y peces).

Guardando relación con los procesos anteriores, los peces se distribuyen en los biotopos aprovechando las condiciones que ofrece cada uno y que le favorecen para cumplir su ciclo de vida. Con base en las descripciones de autores como, Arboleda et al. (1985), Escobar y Contreras (1989), INDERENA (s.f.a), INPA (1989), Mejia (1989), Welcomme (1992), se describen los aspectos que determinan la ubicación y desplazamiento de los peces entre ciénagas y el río.

Así, en la ciénagas existen especies de peces propias (v. gr., viejito, Curimata magdalenae; vizcaína Curimata mivartii; mojarra amarilla, Caquetaia kraussii; mojarra azul, Aequidens pulcher), que encuentran allí aguas someras, tranquilas, con vegetación que brinda sombra, atempera el agua, aporta hojas, flores y frutos, macroinvertebrados, es decir, que dicho refugio y alimento además de su resistencia a los cambios traídos por la época de sequía (poca profundidad, altas temperaturas, poco oxígeno disuelto...), les permite tener varios periodos de reproducción en el año y por tanto cumplir todo su ciclo vital allí.

Esas mismas condiciones de refugio y alimento en las ciénagas son también favorables para la cría de alevinos y juveniles de otras especies, así como para la alimentación de adultos predadores de otros peces. Pero estas especies no son tan resistentes a las condiciones críticas de la sequía y por ende al llegar a dicho punto y con la salida de aguas al río por diferencia de niveles, salen iniciando migraciones laterales y longitudinales en el río, buscando mejores condiciones, incluidos los predadores. Se trata de las especies migradoras ya citadas, que engordaron en las ciénagas e inician su viaje aguas arriba (subienda), madurando sus gónadas, para llegar a las partes altas del río y afluentes y desovar al final de la época de sequía. Con las lluvias siguientes y el paulatino aumento de caudal en el río, huevos y peces bajan llegando de nuevo a las ciénagas (bajanza), para continuar su desarrollo y crecimiento, repitiendo el ciclo en los otros períodos de sequías y de lluvias.

Entonces, existe una distribución temporal que se asocia a fases del ciclo de vida de cada especie, fundamentalmente la reproducción; de acuerdo con la información acopiada en la Tabla 13., el período de transición entre finales de la segunda época de lluvias del año y mediados de la siguiente época de sequía, noviembre a enero, es cuando parece haber menos especies en proceso de reproducción, en este período hay aguas altas, las especies migratorias aún no han salido de las ciénagas, por lo cual hay menos peces en el canal principal, es entonces este el momento para adelantar obras del POEM como los dragados de inducción y excavaciones bajo agua.

La pesca

Para el Medio Magdalena, donde se ubica el tramo del POEM, Arias (1992), caracteriza la pesca como estacional en el río (épocas de subienda y bajanza)y permanente en ciénagas, básicamente de subsistencia y con una mediana comercialización.

Se consideran sitios principales de acopio, comercialización y distribución del producto pesquero, Puerto Berrío y Barrancabermeja, y se distinguen como comunidades pesqueras importantes a Puerto Murillo, Majarres (brazo del mismo nombre), ciénaga Barbacoas (Bocas de Barbacoas) y ciénaga Chucurí (El Turro). Sin embargo, a lo largo del tramo del POEM, existen varias pequeñas rancherías de pescadores permanentes como El Suan, La Gloria, Los Negritos y Puerto Gaitán entre otras, además de las rancherías temporales ubicadas en las islas, playones y bancos de arena temporales, propias de la época de sequía (Ver mapas de los sectores del tramo POEM).

A Puerto Berrío, además del producto de pescadores de sus barrios Puerto Colombia y La Milla, ubicados sobre la orilla del río, llega pescado de Murillo, Barbacoas y Brazo Manjares; en tanto que en Barrancabermeja además de acoger producto de pescadores del barrio próximo al caño Cardales, acopia pesca de sitios próximos aguas abajo y de sus ciénagas semiurbanas como El Llanito, San Silvestre, Poza Larga, Vija y Canaletal. Otros sitos de acopio más cercanos pero por fuera del tramo POEM, son Puerto Nare aguas arriba y Puerto Wilches aguas abajo.

Durante las observaciones de campo para el POEM 2007, se registraron por lo menos 11 rancherías temporales distribuidas en los cinco tramos, se identificaron cinco zonas de lance en el río por la presencias de plumas, uso de chinchorros, uso barredora desde canoa, trasmallo boyado; sobre las orillas del río se observó la presencia de pescadores con atarraya o con anzuelos; en las ciénagas se observó la pesca con atarrayas formando corral (Ver mapas de sectores del tramo POEM). Casi siempre los chinchorros fueron empleados por tres pescadores, con al ayuda de una canoa; las atarrayas por dos pescadores y anzuelos por uno solo. Por lo menos las dos ciénagas más grandes, Barbacoas y Chucurí, concentraron gran número de unidades pesqueras (canoa, boga y atarrayero), a primera vista se observó tanta o mayor actividad de pesca en ellas, a pesar de ser época de sequía y pesca en el río.

Para la cuenca del río Magdalena, se estiman entre 30.000 y 35.000 pescadores artesanales (Arias 1992, Beltrán et al. 2000), considerados como recolectores primarios, pues su alimentación y trabajo dependen del su esfuerzo físico durante las épocas de producción pesquera. Según Beltrán (1988), se estima que en el tramo de río que limita con Antioquia, se desplazan alrededor de 1.500 a 2.000 pescadores. Se puede pensar que después de 30 años, dicha cantidad haya aumentado, no obstante, es posible que se mantenga, ya que la región del Magdalena Medio ha sido objeto de procesos inmigratorios y emigratorios, a lo cual se suma que el recurso pesquero a decrecido, por lo que pescadores permanentes son pocos, incluso aún hay sectores del río poco poblados (Ver caracterización del componente social).

Aunque Beltrán (2000), considera que en general los pescadores artesanales de la cuenca del Magdalena tiene bajos niveles de organización gremial y poder, a inicios de los 90´s, según Arias (1992), los pescadores del MM, se encontraban ya medianamente organizados en la llamada Asociación de pescadores de la cuenca del Magdalena (APECMAG).

Hoy no solo existe una gran asociación con sede en Barrancabermeja ASOPESAMM, que reúne además de pescadores también agricultores de la región, sino otras como ASOPESCA, las cuales han venido trabajando en la construcción colectiva de una Propuesta Regional como política pública nacional para el ordenamiento pesquero y generar acuerdos y compromisos a nivel institucional para organizar una agenda interinstitucional que favorezca el desarrollo pesquero, dentro de el Programa De Desarrollo y Paz del Magdalena Medio y apoyado por CORMAGDALENA, el INCODER y el LABORATORIO DE PAZ impulsado por la Unión Europea (Programa De Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, 2006). (Ver otras asociaciones en el numeral correspondiente a la caracterización del componente social y económico de las comunidades en el tramo del POEM).

En cuanto a las artes de pesca, en este tramo del río éstas son diversas, alrededor de 11 (Ver Tabla 14.). Quizás el más utilizado es la chichorra menuda y ojona en el río y en las ciénagas las atarrayas comunes y sus variantes la rastrera y la huequera.

Tabla 14. Artes de pesca empleadas en el Magdalena Medio. 1
arte descripción forma de uso uso en observaciones
(vedas, zonas de uso...)
tipo longitud
(m)
altura
(m)
ojo
de malla (cm)
río ciénaga
atarraya red circular 3 a 6 mínimo 4 al boleo desde orilla o canoa si si más en ciénagas
atarraya barredora o rastrera red circular hasta 8 mínimo 14 descolgada por un lado de la canoa si prohibida veda en cuenca may-jun; solo aguas abajo Dorada
atarraya huequera red circular hasta 5 mayor a 14 al boleo si prohibida menos frecuente su uso
chinchorro red rectangular hasta 120 mínimo 10 canoa y por lo menos seis hombres si prohibida veda may-jun, solo aguas abajo de Honda
mallón o transmallo de río red rectangular hasta 70 hasta 4 mínimo 20 canoa y varios hombres si prohibida veda en cuenca may-jun, solo abajo Barrancabermeja
chinchorra menuda red rectangular hasta 75 hasta 4 7 a 10 canoa y cuatro hombres si prohibida mayor frecuencia de uso en época de sequía
chinchorra ojona red rectangular > 75 mayor a 4 18 a 24 si prohibida se usa durante aguas altas
barredora forma de bolsa como cuchara desde canoa u orilla si ? en zonas de corriente y profundas
calandria o línea de anzuelos línea desde orilla si ? con boya de señalización, muchos anzuelos
caña con anzuelo línea entre 3 y 6 clavada sobre orilla si si un solo anzuelo
nasas trampa hasta 1,5 mínimo 20 en el fondo con carnadas dentro si si diámetro de apertura entre 12 y 25 cm
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1 Fuentes:
INDERENA (s.f.)a. Nuestra subienda. INDERENA Regional Antioquia. Cartilla. 20 pp. Medellín, Colombia.
INDERENA (s.f.)b. Mejores zonas de pesca. INDERENA Regional Santander. Cartilla, 6 p. Bucaramanga, Colombia.
Mejía, A.. 1989, Pasado, presente y futuro de la pesca artesanal en el Magdalena Medio. Informe final. Departamento de Antioquia, Secretaría de Educación y Cultura. Sección de Investigación y Documentación. 143 p. Medellín, Colombia.
Beltrán G., Isabel, 1988. Evaluación del esfuerzo pesquero y captura en el Magdalena Medio Antioqueño. INDERENA Antioquia. 13 pp. Medellín, Colombia.
Díaz, R., M. A.. 1993. La cuenca del río Magdalena y su ictiofauna. Informe sobre la ictiofauna, parte de la evaluación ambiental previa a trabajos de dragado sobre el trayecto Barrancabermeja-La Gloria. Santafé de Bogotá, 46 h + Anexo.



Las jornadas de pesca son generalmente diurnas desarrolladas desde una canoa (de 6 a 8 m de eslora), con motor o desde un cayuco o canoa pequeña (de 3 a 5 m de eslora), a remo. Ya sea lanzando la atarraya común o la barredora en el río o haciendo lances con chinchorra también en el río (ver Foto). En las ciénagas solo se observó el uso de la atarraya común, aunque en Chucurí haciendo corraleo (lances al mismo tiempo en ruedo), entre varias canoas. También se hacen jornadas nocturnas en especial durante la época de subienda en el río, cuando los pescadores instalan rancherías temporales en los playones e islas del río (ver Foto). Con la llegada del motor, los pescadores pueden desplazarse a mayores distancias para realizar sus faenas.

Respecto a la producción pesquera, es reiterado el diagnóstico realizado en general para la cuenca por diversas entidades y referenciado por diversos documentos (Arboleda et al. 1985, INPA 1991 y 1993, INDRENA s.f.a., Arias 1992, Díaz 1993, Beltrán 2000, Mojica et al. 2002), sobre los fuertes descensos en el transcurso de las últimas décadas. A pesar de las variaciones año a año y algunos datos contradictorios, la producción pesquera en la cuenca ha pasado de 78.847 Ton en 1974 a 7.580 Ton en 1998, con una acentuada tendencia a la disminución.

Ya que durante la subienda (a inicio del año), hay mayor concentración de peces en el río (migraciones reproductivas) y por tanto mayor numero de pescadores, las capturas son mayores, por lo que ésta es la época de mayor producción durante todo el año. Ello se refleja en que ha llegado a constituir entre el 25 y 60% de la producción total de la cuenca. Igualmente, se presenta una tendencia a disminuir en su importante aporte, pasando por ejemplo de 43.134 Ton en 1977 a 18.465 Ton en 1990.

En forma similar, los datos históricos han mostrado tanto el gran aporte de la cuenca del Magdalena al total de la producción pesquera continental, como su descenso paulatino (FAO/UN, 1960, citado por Kapestky 1979), en concordancia con los aportes y variaciones de la subienda.

Además de la importancia de la subienda tanto en la producción de la cuenca del Magdalena en total y a su vez de ésta en la producción total de las aguas continentales, es de destacar el aporte de la producción de las ciénagas, que según datos de Arias (1985), aportó entre 1977 y 1984 entre un 48 y 55 % a la producción total de la cuenca. Este mismo autor anota que pese a que, con la menor pesca de bagre en el río, la producción fue mayor en las ciénagas, también se ha dado en éstas la tendencia general a la disminución en la producción.

Como dato de referencia, Arias (1992), estima alrededor de 10.000 Ton/año para la subregión del Magdalena Medio (Puerto Nare – Gamarra). En el tramo del POEM, a pesar de ser pocas las ciénagas en número, son de gran extensión y se constituyen en los centros de producción más importantes durante prácticamente todo el año.

Los antecedentes de disminución progresiva de la producción ponen en duda el propósito de alcanzar volúmenes potenciales calculados entre 80.000 y 120.000 toneladas, aún incorporando a la explotación otras especies y áreas no explotadas (relativamente aisladas), enunciado por Kapestky (1978) y el Informe FAO-COPESCAL (1981, citado por Bonetto & Castello 1985).

Respecto a las especies y sus volúmenes de pesca, el comportamiento histórico siempre se han destacado el bocachico (Prochilodus magdalenae), el bagre rayado (Pseudoplatystoma fasciatum) y el nicuro (Pimelodus clarias), como las más capturadas, aunque con fluctuaciones de un año a otro. Hoy siguen siendo las más frecuentes en las capturas y en los mercados, asi como la base de la subienda y la economía pesquera ribereña (INPA 1990, 1991, 1993 y 2001) (ver Foto).

Tal como se observa en algunos datos tanto para cuenca como para el sector del POEM (Ver Tablas 15 y 16.), el bocachico es la especie mas abundante en las capturas, porque no solo se pesca en la subienda en el río sino también en las ciénagas, tal como se observó en Barbacoas y Chucurí (ver Foto). El bagre con altibajos de un año a otro, muestra una tendencia hacia la baja captura, sin embargo aún se observa su pesca y comercio (ver Foto), incluso el nicuro, especie muy abundante se ha visto disminuida.


Tabla 15. Producción pesquera de las principales especies dentro de la cuenca del río Magdalena.1
especie años
1970 1971 1989 1990 1993 1999
Ton. % Ton. % Ton. % Ton. % Ton. % Ton. %
bocachico 9.518 58,4 5.466 53,3 7.194 44,0 11.577 62,7 10.329 87,3 5.963 69,1
bagre 1.528 9,4 1.035 10,1 981 6,0 2.330 12,6 150 1,3 170 2,0
nicuro 3.013 18,5 935 9,1 981 6,0 401 2,2 26 0,2 1.360 15,8
otras especies 2.251 13,8 2.811 27,4 7.193 44,0 4.157 22,5 1324,03 11,2 1.136 13,2
total cuenca Magdalena 16.309 100,0 10.246 100,0 16.349 100,0 18.465 100,0 11.829 100,0 8.629 100,0
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1 Inderena, 1970 y 1971; INPA, 1991, citados por Díaz (1993).
Inderena. 1970. Estadísticas de la actividad pesquera en Colombia 1970. Boletín Nº 2. Ministerio de Agricultura. Bogotá, D. E., Colombia.
Inderena. 1971. Estadísticas. Actividad pesquera en Colombia 1971. Ministerio de Agricultura. 67 pp. Bogotá, D. E., Colombia.
INPA. 1991. Boletín Estadístico 1991. Pesca. División de Sistemas y Estadísticas. Bogotá, D. E., Colombia.
INPA. 1994. Boletín Estadístico pesquero colombiano 1993. Ministerio de Agricultura. 23 pp. División Sistemas y Estadísticas. Bogotá, D. E., Colombia.
INPA. 2001. Boletín estadístico pesquero colombiano 1999 – 2000. Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural. 139 pp. Bogotá, D. C., Colombia.



Tabla 16. Abundancia relativa de las principales especies en Magdalena Medio.
especie Área de Puerto Berrio1 Sitios de acopio B y PW2 tramo B – LG3
1986 1987 1988 1991 1992 marzo, 1993
% % % % % nº ind %
bocachico 44,1 59,0 74,4 64,9 35,9 139 21,0
bagre 27,7 19,6 12,3 10,3 3,1 23 3,5
nicuro * * * 6,7 12,4 51 7,7
otras especies 28,2 21,4 13,1 18,1 48,6 450 67,9
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* incluido dentro de otras especies
1 Abundancia relativa de las especies más importantes en el áre de Puerto Berrio (datos tomados de Mejía, 1989).
2 Producción pesquera artesanal sitios de acopio Barrancabermeja y Puerto Wilches (datos tomados de INPA, 1993).|
3 Abundancia de las especies ícticas durante los muestreos del Tramo Barrancabermeja - La Gloria (Consorcio Carinsa-Incoplan Ltda. 1993b).



Adicional a la disminución progresiva, la composición por especies de las capturas también a cambiado, las especies principales (bocachico, Prochilodus magdalenae; bagre rayado, Pseudoplatystoma fasciatum y blanquillo, Sorubim cuspicaudus), han dado paso a especies como la pacora (Plagioscion surinamensis), la doncella (Ageneiosus caucanus), la dorada (Brycon moorei) y el moncholo (Hoplias malabaricus), las cuales hace unas decadas no tenían importancia económica, pero si para autoconsumo (Beltrán et al. 2000).

Más recientemente, Mojica et al. (2002), anota como la calidad de las capturas ha disminuido aún más, llegando a incluir otras especies siempre despreciadas como cacheguas y cuchas (Loricariidae spp), viejitos (Curimata magdalenae), mojarra azul (Aequidens pulcher), mojarra burra (Geophagus steindachneri) y cuchillos (Sternopygus macrurus).

En los años 70’s, según Kapestky (1978), consideraban especies potenciales a ser más explotadas, la pácora (Plagioscion surinamensis hoy Plagioscion magdalenae), vizcaína (Curimata mivarti), comelón (Leporinus muycorum), coroncoro negro (Pterygoplichthys undecimalis) y la mojarra amarilla (Petenia kraussi hoy Caquetaia kraussii), ya en los 90’s unas se han reducido al máximo y otras forman parte importante de las capturas, como reemplazo de las tradicionales poco abundantes loricaridos, mayupas en mercado Puerto Berrío).

Hoy se están empezando a ver en las capturas e incluso en los mercados, especies exoticas o foráneas de la cuenca como: cachama negra (Colossoma macropomun ), cachama blanca (Piaractus brachypomus), la tilapia (Tilapia rendalli), la mojarra roja (Oreochromis spp) y loras o barbonas (Trichogaster pectoralis), esta última ya abundante en ciénagas y bajos de la Depresión Momposina.

Así, las observaciones sobre algunas especies y la aplicación de los criterios de la UICN (2001, citado por Mojica et al. 2002), para especies amenazadas, ha permitido determinar que entre las especies más reportadas para la cuenca media-baja del Magdalena (Tabla 13), dos están en peligro crítico: el bocachico (Prochilodus magdalenae) a nivel del país y el bagre rayado (Pseudoplatystoma fasciatum), a nivel de la cuenca, ya que corren un riesgo extremadamente alto de desaparecer en estado silvestre por la rápida reducción en el tamaño poblacional (>90%), las reducidas y/o fragmentadas áreas de presencia (<100 km2) y ocupación (<10 km2), y la continua disminución de sus pequeñas poblaciones (<250 individuos maduros).

Otras cuatro especies son consideradas en peligro en el país, el blanquillo (Sorubim cuspicaudus), la doncella (Ageneiosus caucanus), el pataló o besote (Ichthyolephas longirostri) y el bagre rayado (Pseudoplatystoma fasciatum), porque el riesgo de extinguise o deteriorarse es alto, debido a la rápida reducción en el tamaño poblacional (>70%), sus pequeñas áreas de presencia y ocupación (<5.000 km2 y <500 km2 respectivamente), la fragmentación de éstas, por lo cual su tamaño estimado de población sería menor a los 2.500 individuos maduros.

La pácora (Plagioscion magdalenae), rubia (Salminus affinis), totumito (Abramites eques) y vizcaína (Curimata mivartii), son especies consideradas vulnerables a nivel nacional, pues las evidencias muestran que afrontan un riesgo de extinción moderado o deterioro a mediano plazo, ya que han disminuido su tamaño poblacional (>50%) y sus áreas de presencia (<20.000 km2) y ocupación (<2.000 km2), estimándose un tamao de población inferior a los 10.000 individuos maduros.

Aunque originariamente no es de la cuenca del Magdalena pero ya se ve en las capturas, la cachama negra (Colossoma macropomun), esta catalogada ya como especie casi amenazada, hay indicios de su disminución en volúmenes de las capturas y tallas en su medio natural (Usma et al. 2002), por lo que en un futuro cercano podría entrar dentro de los parámetros anotados para las especies vulnerables.

Por último, dentro de la lista inicial de los peces más frecuentemente reportados para la cuenca del Magdalena (Tabla 13.), se ubican 11 especies endémicas (su distribución es restringida aún área, pues no pueden crecer en ningún otro lugar), de ellas ocho lo son a nivel de Colombia (blanquillo, bocachico, doncella, pácora, rubia, totumito, vizcaína y pataló), dos de la cuenca del Magdalena (vizcaína y pataló) y una de la parte baja de la misma cuenca (totumito) (Ver Tabla 13).

Por otra parte, a la disminución del recurso se suma la baja preparación que tiene los pescadores artesanales, cuyo esfuerzo es poco retribuido al vender su producto. No es sólo la producción estacional (cerca de seis meses sumadas las dos épocas de subienda del año), por demás azarosa e incierta (Beltrán et al. 2000), sino la existencia de intermediarios como dueños de pesquerías, distribuidores mayoristas y minoristas, expendedores y vendedores ambulantes, que hace que solo unos pocos en la cadena de comercialización se vean realmente favorecidos mejorando sus condiciones de vida.

Ese proceso de compra, venta y reventa del producto pesquero que hace que pescador (recolector del recurso), sea aparentemente el menos importante en la cadena. Los pescadores recolectan el recurso, la mayoría pero no tienen como preservarlo, otros no quieren adicionarle trabajo y tiempo extra (arreglar, salar, ahumar o secar al sol), el primer intermediario aparece con canoas grandes de buenos motores, van hasta los sitios de pesca o hasta las rancherías y compran el producto, o lo cambian en parte por gasolina para los motores o como parte del alquiler de canoas y aparejos. En ocasiones los pescadores vende el total del producto a este comerciante y los vecinos del pescador deben comprarlo a este. Así se recoge hoy pescado en las ciénagas Chucurí y Barbacoas (ver Foto).

Los pescadores con canoa, motor y gasolina, que viven en o cerca de Puerto Berrío o Barrancabermeja, llevan a los intermediarios del mercado su producto. Una vez allí, el intermediario comprador es el que pone las condiciones y se escuda en características como tamaño, grado de frescura, especie, cantidad para buscar en lo posible obtener todos los peces por el menor precio, por ejemplo 59 pescados por $15.000. Al mismo tiempo de mirarlos para comprarlos está haciendo una selección en básicamente tres grupos por tamaños y por frescura.

Algunos pescados muy buenos y frescos serán apartados para llevar a refrigeración sino sale comprador inmediato, o para ofrecer a restaurantes o para encargos previos, los restantes son agrupados en montones para revenderlos a vendedores ambulantes. Sobresalen aquí los aún abundantes bocachicos y seguidos del bagre rayado y otros como el blanquillo, la dorada y la pácora.

En un par de horas la mayoría del producto de las faenas del día anterior y de la noche han pasado de mano en mano para llegar en bicicleta, carreta o a pie a las casas y restaurantes o para pasar a la mesa del lado en el mismo mercado y ser descamados, tasajeados, abiertos en filetes y salados, que son acomodados en montoncitos a lado de los arreglados y no vendidos de días anteriores. Es importante anotar como en este proceso de compra venta no se ha tenido en cuenta el peso.

Así como hay categorías de pescados las hay de compradores y parece que pese a la mencionada escasez, todos o por lo menos muchos pobladores de la cuenca se alimentan del producto del río y sus ciénagas. Los pescadores y sus familias al igual que los pobladores de escasos recursos económicos, consumen especies no muy comerciales y que son las acompañantes del bocachico, bagre y blanquillo, éstas últimas son consumidas por ellos en una pequeña parte.

Por ello en el mercado de Puerto Berrío además de los conocidos bocachicos, bragres y barbudos se observaron para la venta, jetudos y coroncoros, cachamas y mayupas en menos cantidades (Foto POEM 2-562). Ya en la plaza de mercado se tenían al sol bagres y blanquillos en proceso de secado-salado (ver Foto). Finalmente, en los sitios donde el común de la gente va a buscar el pescado, aparece el peso como r eferencia para la venta, aunque persiste en algunos casos la venta de las llamadas sartas o manos (bocachicos y nicuros).

Entre los varios procesos que han venido afectando la ictiofauna de la cuenca del Magdalena, hay unos que también se dan en el tramo del POEM, estos son:

  • Las pocas ganancias para el pescador en la comercialización inducen a incrementar la presión de pesca sobre las especies (artes no selectivas, métodos dañinos prohibidos), limitando la renovación del recurso.
  • Conflicto en condiciones desiguales, por cuidado, conservación y aprovechamiento de ciénagas, sitios de alimentación y refugio para la cría de los peces.
  • El acceso a canoas con motores fuera de borda y redes plásticas de gran longitud, facilitan explotar mayores extensiones de agua y sitios distantes, incrementando la posibilidad de mayor extracción.
  • Si bien existen periodos de vedas y limitantes en cuanto a tallas mínimas legales de pesca, según Corantioquia (1998), no existe quien realice el control de la actividad pesquera y “la comunidad que la practica no es consciente de los daños causados en el sistema”. A ello se suma la posibilidad del pescador de moverse por grandes distancias gracias a los motores fuera de borda y mediante grandes redes, barrer el río, “dejando a las poblaciones de aguas arriba sin posibilidad de beneficiarse del recurso”.

Dado que la ictiofauna que frecuenta el río lo hace especialmente durante las aguas bajas (en migración reproductiva, época de subienda), es fundamental que durante las actividades constructivas de las obras del POEM, se evite obstruir dicho proceso con diques para desvíos provisionales o con dragados que enturbien el agua en tal grado que puedan obstruir branquias de los peces que en grupo puedan estar subiendo.

Una vez en funcionamiento las obras del POEM y ya en época sequía, las mismas concentraran las aguas y por ende los peces, facilitando en cierta forma la pesca de subiendas. Se considera importante la señalización para anunciar la presencia de estructuras que pueden interferir con lances de pesca.

Los brazuelos en la época de sequía son ambientes de menor velocidad lo cual facilitaría la migración de peces (posibles rutas migratorias), diques transversales a la corriente de dichos brazuelos, al bajar el nivel del agua y llegar su profundidad a ser inferior a la altura del dique direccional, impedirán el paso de los peces que en coincidencia estén en subienda. Los brazuelos tenderán a cerrarse temporalmente.

Se debe tener presente que con el descenso de los niveles del agua, algunos tramos aguas abajo de estructuras irán desecándose, con la posibilidad de congregar peces y aislarlos hasta producir su muerte. Igualmente la socavación del lado aguas debajo de un dique, puede formar pozas de estiaje con peces, que dependiendo de la rapidez con que se den los descensos de niveles (caso playón de casetas cerveceras), pueden quedar aislados en aguas estancadas, recalentadas y disminuidas en su oxígeno disuelto. Dado que niveles mínimos coinciden con época de subienda, podrían concentrar peces subiendo y favorecer capturas, disminuir migración y por ende reproducción y renovación del recurso.

Ya que la implementación de las obras será progresiva, se podrá hacer un seguimiento al respecto, constatar el desarrollo de dichas eventualidades y plantear procedimientos y acciones.

Se espera que las nuevas estructuras tanto de fondo como laterales, funcionen como sitios de refugio (cuevas para alevinos, juveniles y adultos), acumulación de alimento (algas de perifiton, trampas de sedimentos y material vegetal en descomposición), lo que favorecerá a especies ícticas.

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