Hernán Lozano Castañeda

De Neotrópicos, plataforma colaborativa.
Ir a la navegación Ir a la búsqueda

¡Página en elaboración o revisión!
Lcgarcia 01:49 9 ago, 2006 (PDT)


Hernán Lozano Castañeda. Miembro cofundador de Neotrópicos. Director desde 1996 hasta 2000. Falleció, víctima de un infarto, el 2 de febrero de 2001, en su casa de Cota (sabana de Bogotá). Hernán Lozano nació en Popayán (Cauca) el 2.3.1946. Bachillerato en Colegio del Rosario, último año en Colegio Daza Dangond[1] . Estudió arquitectura en la UNAL, se especializó en diseño industrial en Finlandia. Desde estudiante (1966 a 1971) trabajó en Artesanías de Colombia, con asesor Richard? Newman; recorrió todo el país de cabo a rabo para identificar artesanías promisorias como objetos a vender y exportar. Estos viajes lo acercaron al los artesanos, a los campesinos, a otras culturas…

Anécdotas

  • La hamaca
  • La carreta del diseño
  • ¿Manejo yo o quiere Usted estrellarlo personalmente?
  • To Do = Todo
  • Intento de sospecha
  • Rico pero honrado
  • Pago de sobornos con cheque
  • Vocabulario genial:
    • Chimbera
    • Textículo
    • Masturbation board

Los amores de Hernán

Nació en Popayán el 2 de marzo de 1946 (realmente nació en Moscopán, una finca que su papá, jugando al colono, estaba haciendo en el páramo de Puracé, cercana a la finca Merenberg, hoy en día una reserva natural privada, la más antigua de Colombia).

Estudió arquitectura en la Universidad Nacional en Bogotá y desde antes de terminar cometió dos "deslices" que marcaron su vida; el primero fue enamorarse y casarse muy joven (con Gloria Llano) y el segundo fue vincularse como asistente de Richard Newman, un diseñador gringo que trabajaba en Artesanías de Colombia, entidad estatal recién creada. El primer "desliz" le dejó dos hijos (Pablo Hernán y Juan José) y lo forzó a cometer el segundo para poder sostenerlos. El segundo "desliz" además lo llevó a viajar por todo el país -en dondequiera que existían comunidades campesinas que fabricaban algún objeto utilitario susceptible de adornar la casa o la oficina de un snob con raices campesinas y pretensiones de sencillez- y a mirar el mundo natural y cultural en el cual vivimos como un libro abierto que leía constantemente con una mezcla de respeto, cinismo, admiración y sorpresa.

Su trabajo en Artesanías de Colombia lo llevó a Finlandia con una beca para estudiar el "Papel del Diseño en la Promoción de las Exportaciones" y sorprendió a todos -colegas becarios y maestros- cuando al final del curso presentó la hamaca (supuestamente invención precolombina) como el mejor ejemplo del diseño perfecto! Era una crítica sutil y velada al tema del curso, él lo negaba con su risotada enorme y franca cuando se le hacía esta reflexión. Lo de la hamaca no fue un juego, así lo creía y así lo asumía. Todos sus hijos se arrullaron en hamacas mientras él y su mujer (cualquiera que lo acompañara) trabajaban; la hamaca era el primer mueble que se instalaba después de sus innumerables trasteos y era su regalo de bodas preferido; la hamaca está en la carátula del libro El General en su Laberinto, de García Márquez y en la escenografía del seriado de televisión Arcangel que él diseñó.

En alguno de estos viajes en busca de artesanías conoció a Elizabeth Weiland y mantuvo con ella y su familia una amistad tan grande y duradera que la convenció -veinte y pico de años después- de que sus vidas deberían ser compartidas y así lo hicieron. Johanna es el resultado de esta comunión.

Pero antes de todo este período, ya separado de Gloria, en una fiesta de diseñadores (casi todos alumnos suyos) conoce a Luisa María Vélez y en la típica reacción de Hernán, encuentra amor a primera vista: no bebió, no comió, no durmió... hasta que la convenció de que lo acompañara a Ráquira y con una vajilla (artesanal, obviamente) a guisa de anillo de bodas o de dote, la ató a su vida. Federico es el fruto de este amor.

Recordando entre lágrimas y risas estas cosas concluyo que hubo un último amor en la vida de Hernán a quien le dedicó, como a todos sus amores, sus días, sus noches, sus sueños, con una pasión inenarrable. Este amor fue Neotrópicos: nos dió toda su experiencia y toda su creatividad, todos sus sacrificios y todo su entusiasmo, Neotrópicos fue su sueño y su acicate. Todo lo que hoy en día es Neotrópicos paso por sus manos y por su cabeza: nuestro logo ("la rata inmunda" como él llamaba al ponche), la escuela, el campamento, la casita de Marcelino y Nelly, los afiches, los plegables, los muebles de la oficina, los retablos, los volantes para acercarnos a los campesinos en Chocó, Paramiillo, Crucito...los mapas, el plan para Crucito, La Brisa, Licania arborea, ECO, el seminario en Mompox, la exposición de Liba, las menciones de Juan Quintero y de Fabio Arjona, Estrategias Zenúes... todas las cosas que vemos, tocamos, leemos, nos lo recuerdan.

Queridos colegas y amigos, Hernán nos amó entrañablemente, con pasión de loco, Neotrópicos es su viuda y nosotros sus huérfanos.

Luis Carlos García Lozano
Medellín, marzo 2 de 2001, cumpleaños 54° de Hernán

Con todo cariño queremos compartir estos recuerdos con sus otros amores[2] , colegas nuestros en la orfandad y la viudez: Camilo, Johanna, Federico, Juan José, Pablo Hernán, Luisa María, Gloria.

Apostillas

  1. ^  El Colegio Daza Dangond pertenecía a un conocido profesor de matemáticas del Colegio del Rosario (Augusto Daza Dangond), padre de un compañero de Hernán en el Rosario. Allí estudiaban todos los costeños de Bogotá y allí aprendió a bailar.
  2. ^ . Por supuesto que la intención es compartir estos recuerdos también con Elizabeth; desgraciadamente ella murió el 30 de julio de 1998, casi dos años antes que Hernán, en Chía, en donde vivía con su mamá y con Johana, la hija de los dos, de tan solo 9 años.