Autosuficiencia

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Medición de la auto-suficiencia / dependencia en la biodiversidad (cuentas familiares)

Autosuficiencia es la capacidad de suplir las necesidades de supervivencia personales, familiares o colectivas (del clan o de la comunidad) con base en los recursos naturales disponibles al individuo o grupo, sin necesidad de importación de bienes o servicios de fuentes externas.

Las economías de subsistencia, precapitalistas, como las economías campesinas existentes en los municipios del tramo medio del río Magdalena o en la Depresión Momposina que incluye la región de OED o en el Chocó biogeográfico véase v. gr., comunidades de la región río Pató-río Baudó-Tribugá, se basan en la relación trabajo – recursos (opuesta a la relación trabajo – salario), i. e., los consumidores son propietarios de sus propios medios de producción: capital, tierra y autonomía laboral y la mayoría de su producción es para autoconsumo, con muy baja producción de excedentes para intercambio (canje o trueque) o comercio. Esta no es una definición económica sensu stricto, sino mas bien son notas para acercarse a un concepto antropológico y social.[1] Algunas comunidades aborígenes de la Amazonía o de la Orinoquía que han permanecido aisladas (Nukak, Yanomami, Puinave), pueden considerarse autosuficientes y son la excepción. Prácticamente todas las demás comunidades indígenas tienen algún grado de dependencia en el comercio de bienes por ellos producidos o servicios prestados.

Entre estos recursos, la diversidad de plantas y animales se constituye en la constelación más importante; sin embargo, la diversidad de recursos difiere de la biodiversidad pues las actividades extractivas, e. g., recolección, aserrío, leñateo, cacería, pesca, etc., de diversas especies no es simétrica, i. e., las comunidades que las explotan no ejercen idénticas presiones sobre recursos diferentes, ni está basada en la abundancia natural de las especies, de tal manera que las cohortes de organismos para medir riqueza o uniformidad –en la naturaleza o en la cultura– son diferentes. Por otra parte el aprovechamiento asimétrico y selectivo de las especies puede resultar en el favorecimiento de especies marginales como consecuencia de la alteración de los procesos de competitivos y de depredación.[2]

En los EIA, comúnmente se documenta el valor cultural de la biodiversidad; sin embargo los medios de cómputo van desde los meros listados de especies utilizadas por una comunidad, hasta valoraciones a precios de mercado de especies consumidas en un tiempo determinado por una comunidad particular (véase UAF). Estas últimas se pueden traducir a tasas de consumo (cantidad por unidad de tiempo), ingrediente fundamental para el computo de la persistencia (sostenibilidad) de un recurso.

La supervivencia (ver UAF) es en realidad un vector complejo que varía tanto espacial (diferencias inter- e intraculturales) como temporalmente (con los cambios cíclicos o esporádicos del tiempo y del clima y de todos los procesos ecológicos de ellos derivados), éste vector está conformado por los siguientes componentes en diferente proporción:

  • actividades extractivas (pesca, caza, recolección),
  • productivas (agricultura de pancoger[3] , ganadería, zoocría),
  • laborales (jornaleo y canje de mano de obra),
  • comerciales (venta o canje de excedentes de producción),
  • frecuentemente con subsidios (remesas[4] y descuentos).

A las anteriores se debe adicionar la extracción de minerales (Au, Ag, piedras preciosas, carbón, arena, cal, arcilla u otros materiales de construcción o alfarería) y en algunas ocasiones actividades artesanalaes o pre-industriales (transformación de materias primas en objetos utilitarios o decorativos, ceremoniales… algunos de los cuales pueden ser objeto de comercio ocasional o de canje). La información de campo y los instrumentos de registro y análisis deben reflejar esta complejidad.

Al igual que para los estimativos de biodiversidad, conviene discutir el papel del contexto cultural de las observaciones y mediciones sobre la dependencia en la diversidad. Como ejemplo, cabe citar las regiones de Chocó, PNN Paramillo, POEM y Panzenú, en las cuales diversas culturas ejercen demandas diferentes sobre básicamente los mismos recursos, de tal manera que se esperan tensiones diferentes sobre la biodiversidad en territorios de diferentes culturas. El ejemplo más claro, documentado detalladamente por Neotrópicos, et al., en 1996 es un transecto valle del Atrato - valle del Baudó - llanura de Pacífico, en donde el territorio es compartido entre culturas aborígenes, negras y mestizas/blancas. Una situación análoga ocurre en el PNN Paramillo.

Apostillas

  1. ^ . Algunas comunidades aborígenes de la Amazonía o de la Orinoquía que han permanecido aisladas (Nukak, Yanomami, Puinave), pueden considerarse autosuficientes pero son la excepción. Prácticamente todas las demás comunidades indígenas en Colombia tienen algún grado de dependencia en el comercio de bienes por ellos producidos o servicios prestados. La mayoría de las poblaciones indígenas de la Orinoquía han sido desplazadas desde la época colonial para el establecimiento de hatos ganaderos y así perdieron autosuficiencia pues el territorio (la tierra, las aguas y las plantas y animalöes que las habitan) -que solía ser de libre acceso- no hace parte de su patrimonio actual. De acuerdo con IAvH, 2003 (), citado por ODDR, 2013 (Observatorio de procesos de desarme, desmovilización y reintegración. Universidad Nacional de Colombia. 2013. Caracterización Región de la Orinoquía), la mayoría de los pueblos de la Orinoquía así desplazados o se asentaron en las ciudades de los departamentos de la gran región o se refugiaron en las selvas marginales de los grandes ríos: Meta, Tomo, Vichada, Guaviare, etc.
  2. ^ . Es el concepto de keystone species (especie clave) acuñado por Robert Paine en 1969 (A Note on Trophic Complexity and Community Stability. R. T. Paine, The American Naturalist. Vol. 103, No. 929 (enero - febrero, 1969), pp. 91-93) y posteriormente ampliado para determionar su importancia en conservación por Mills et al. en 1993. The Keystone-Species Concept in Ecology and Conservation. L. Scott Mills, Michael E. Soulé and Daniel F. Doak. BioScience, Vol. 43, N° 4 (abril, 1993), pp. 219-224. Véase además texto oculto todado de: [5]
  3. ^ . Pancoger: se denominan así aquellos cultivos que satisfacen parte de las necesidades alimenticias de una población determinada. En la zona cafetera son cultivos de pancoger: el maíz, el fríjol, la yuca y el plátano. (definición tomada de: Guía ambiental para el sector cafetero, Federación nacional de cafeteros. 2017).
  4. ^ . Las remesas son transferencias no comerciales de dinero que un emigrante o miembro de una diáspora envía a su país o región de origen, normalmente a sus familiares, con el propósito de solventar sus gastos básicos y ayudar en el sostenimiento de la familia. En el caso de la región del El Garcero, las remesas pueden ser enviadas desde una población cercana, e. g., Mompox o Magangué o distante, e. g., Barranquilla, Cartagena o Medellín o desde un país extranjero: EUA, España, Chile, etc. Hasta comienzos del siglo XXI eran muy comunes las migraciones a Venezuela, hoy en día el país cercano más frecuente es Chile. En muchos casos, las remesas son la única fuente de ingresos en efectivo para una familia campesina. En su mayoría los emigrantes de la región de Mompox se vinculan en trabajos mal remunerados o remunerados por debajo de los límites inferiores legales o aquellos que no requieren entrenamiento particular, e. g., empleados domésticos celadores, jardineros, mensajeros…